Policía Local, Guardia Civil, socorristas y Salvamento Marítimo tuvieron ayer que emplearse a fondo para afrontar la continua cascada de avisos de emergencias que se produjo durante toda la jornada de ayer. El más grave pero, que afortunadamente se transformó en una falsa alarma, se produjo a primera hora de la tarde cuando el servicio de socorrismo informaba de que había avistado en la playa del Cura a una mujer que se agarraba a una de la boyas que delimita la zona permitida para el baño, para luego desaparecer bajo las aguas. Con los medios locales de la Policía Local, Guardia Civil y socorrismo movilizados no se daba con la supuesta desaparecida, por lo que se activó el protocolo de búsqueda para estos casos que lleva a cabo Salvamento Marítimo, que por primera vez tiene destinada una embarcación de forma permanente en la ciudad para la época estival.

Llegó el helicóptero sobre las cuatro de la tarde, que realizó varias pasadas muy cerca del litoral y el paseo de Juan Aparicio, ante la expectación de miles de turistas y bañistas de esta zona de playa urbana, la más popular de Torrevieja. Una hora después, se desactivó la búsqueda, según el concejal de Playas, Javier Manzanares, porque una vez iniciado el dispositivo, no se recibió denuncia de desaparición alguna, ni rastro de la bañista. La búsqueda de la mujer coincidió durante más de media hora por la tarde, con otro alerta de desaparición, en esta ocasión denunciado, de una niña de diez años, de origen extranjero, a la que se buscaba en la propia playa del Cura, pero también en el mar y que finalmente reapareció sana y salva para alivio de su familia -y los servicios de emergencia- media hora después. Por la mañana, los veraneantes asistieron a otro dispositivo de búsqueda, supuestamente de varios jóvenes que se estaban bañando en los espigones del paseo, una práctica prohibida. También fue una falsa alarma. En esos espigones se han ubicado este año señalizaciones con banderas rojas y carteles prohibiendo el paso.

Mala entrada

Los socorristas de la empresa que comenzó a realizar el servicio de vigilancia -muy tarde y con protestas por culpa de problemas administrativos con el contrato- ya ha asistido a dos casos de bañistas fallecidos en la orilla de la playa. Los jóvenes integrantes del equipo se están ganando poco a poco la confianza de los usuarios. Al contrario que el anterior servicio, una parte los vigilantes no se mantienen fijos en sus puestos y van cambiando de ubicación, lo que ofrece mayor sensación de seguridad. También actuaron el pasado domingo los mismos socorristas a la hora de localizar a otro menor desaparecido durante horas en la playa.

Todo aderezado con las habituales protestas de grupos de turistas residenciales sobre la carencia de servicios y la masificación del destino que escogieron, normalmente con una vivienda secundaria, para pasar sus días de descanso. A este panorama se sumó ayer, el caos de tráfico en la nacional 332, que registró retenciones durante todo el día y a lo largo de varios kilómetros del trayecto de la circunvalación, y varios accidentes leves en el casco urbano. El verano ya está aquí.