El edil de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Orihuela, Miguel Ángel Fernández, pidió ayer a su homónima en la Conselleria, Elena Cebrián «la tala de los pinos secos en los montes de suelo público y que agilice la enmienda de gestión a Tragsa (la empresa pública que se encarga de estos trabajos) y no tengamos un problema serio» ante un posible incendio, cuyo riesgo se acentúan con el calor del verano.

La sequedad y la plaga de Tomicus han acabado con la práctica totalidad de los pinos de toda la sierra oriolana, un hecho que es especialmente impactante en el Monte de San Miguel, desde donde el edil reclamó ayer a la Conselleria que agilice estas gestiones. Un gran manto marrón cubre la sierra, hasta el punto que los centenares de pinos se funden entre las rocas de la montaña, del mismo color.

La propia Generalitat ya apuntó hace unos meses a este diario que tiene pendiente la actuación en 11 kilómetros de la sierra oriolana, tras retirar más de 60.000 árboles muertos hasta la fecha. Los problemas presupuestarios hacen que esta cifra no pueda alcanzarse este año, por lo que el proceso no podrá completarse hasta 2017.

Reforestación

Las talas van acompañadas de un plan de reforestación de especies más resistentes a la sequedad y climatología de la zona, y el momento más propicio para esta forestación es el otoño, según Medio Ambiente, por lo que se esperará hasta esa fecha para la tala y sustitución de los pies.

La dificultad de acceso a la zona, con pendientes desde el 10 hasta el 60% es otro de los argumentos de la Conselleria para justificar la tardanza en acometer estos trabajos y su elevado coste económico, dada la dificultad de acceso. De estos 11 kilómetros de sierra tan solo se podrá actuar este año en la mitad, lo que supone eliminar 14 hectáreas de arbolado, unos 11.000 pinos.