El alcalde de Rojales, el socialista Antonio Pérez, mostró ayer su malestar por el hecho de que todavía no haya empezado la construcción del nuevo colegio después de que la Generalitat asegurara que los trabajos comenzarían al concluir el curso escolar, el 22 de junio. En San Fulgencio el alcalde Carlos Ramírez se quejaba esta semana de este mismo problema. Se trata de un tema que preocupa y mucho a la comunidad escolar después de años de promesas incumplidas y viendo como los menores acuden cada día a dar clase a unas instalaciones que múltiples deficiencias.

El regidor recordó ayer que el compromiso del Consell era iniciar la obra nada más terminar el curso escolar para avanzarla lo máximo posible en los casi tres meses de vacaciones estivales con tal de que cuando arrancaran de nuevo las clases, los chavales sufrieran las menores molestias posibles. Pero el caso es que no ha sido así y por ello todo el proyecto se está retrasando. El malestar reina igualmente entre la Asociación de Madres y Padres de Alumnos, que pensaban que, esta vez sí, se cumpliría el compromiso de ejecutar la obra en los plazos previstos. El primer edil dijo que «hay una disconformidad entre la dirección facultativa, la Conselleria y la empresa» aunque desconoce el motivo, por lo que no pudo dar más información, pero aseguró que se está presionando para que comience cuanto antes.