El muro que cerca el principal palmeral de Ferrís junto al mar y las dunas es una realidad. Ladrillos y hormigón son visibles en el paisaje de lo que ha sido una de las principales estampas de reclamo turístico en los últimos años en Torrevieja, pese a estar en manos privadas. Algo que ha movilizado de nuevo a quienes desde 2013 activaron una plataforma ciudadana para «salvar» el paraje para plantear movilizaciones, aunque parar el vallado ya es casi misión imposible.
La movilización cuenta desde esta semana con el respaldo de buena parte del vecindario de las casas de Ferrís: el muro de un metro con el alambre suplementario se acerca mucho a este barrio y cambia por completo la forma de acceso libre a la finca privada junto al mar. Estos vecinos, en su mayoría residentes temporales en verano procedentes del interior de la comarca, además, hacen extensiva sus reivindicación ambiental a la falta de servicios por parte del Ayuntamiento.
El vallado recorre casi 900 metros entre las casas de Ferrís al norte de la finca y el camino hasta el inicio del camino que discurre paralelo al mar hasta Rocío del Mar. En algunos tramos afecta directamente a ejemplares de palmera.
A las dos reuniones que se han realizado en las últimas semanas -una en la plaza de la Constitución y otra en Ferrís- han acudido miembros de Sueña Torrevieja e Izquierda Unida.
Tanto Sueña como Izquierda Unida han expresado públicamente su oposición al vallado, pero se han visto con las manos atadas a la hora de ir más allá, al estar integrados en el mismo equipo de gobierno que ha decicido ampliar la licencia, un acto reglado que no se puede rechazar si cumple todos los requisitos, como es el caso, otorgada en 2014, a petición del propietario. Mientras tanto, a la edil de Urbanismo, Fanny Serrano (PSOE), que en su día, como oposición, visitó el paraje con Ximo Puig para comprometerse a preservarlo, ha tenido que ejercer de apagafuegos.
Acudió a la reunión en la Plaza de la Constitución en la que aportó una cronología de la tramitación de la licencia en la que queda claro, en primer lugar, que el expediente lo inició a petición de los particulares, el anterior equipo de gobierno del PP. Después, cuando la empresa avaló la propiedad de la finca más cercana al mar, pidió una ampliación de la autorización que contó con el visto bueno del Ayuntamiento, la dirección de Costas, al situarse el cercado en el límite del dominio público. La previsión del Consell es incluir esta zona en un plan especial de protección del litoral, en el que los terrenos sean expropiados por el Ayuntamiento a precio rústico.
La edil de Urbanismo ya ha manifestado que el muro tampoco le gusta, como a la mayoría de los vecinos de Torrevieja, que al margen de que la finca con 300 palmeras fuera privada, siempre han circulado libremente por la finca pegada al mar, y ha recordado que el suelo es y seguirá siendo rústico.
