A dos días de las elecciones generales, las tensiones entre regantes de la huerta tradicional del Segura y del trasvase se recrudecen. Ayer, los jueces de aguas y presidentes de los sindicatos de riegos y comunidades de regantes de la Vega Baja del Segura -que representan a 30.000 familias- hicieron público un comunicado en el que pedían tanto a la Confederación Hidrográfica del Segura como al Ministerio de Agricultores que no diera su brazo a torcer y mantuvieran las imposiciones que han hecho a los del trasvase para la cesión de 30 hectómetros cúbicos del río con los que estos garantizarían sus cosechas del verano, aunque para recibir estos aportes deberían depositar un aval de diez millones de euros como garantía de devolución.

El Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), que no está en nada de acuerdo con esta imposición, mantenía ayer convocada una protesta para hoy en la Plaza de Fontes, frente a la Confederación Hidrográfica del Segura, a partir de las 10.30 horas, bajo el lema «¡Necesitamos agua ya!» con la que, entienden los agricultores del Segura, pretenden lograr que se retire dicho aval a dos días de votarse a un nuevo presidente del gobierno. En la convocatoria de la Scrats añadían que pretendían movilizar al mayor número posible de regantes. «Te ruego te tomes el máximo interés ya que nos estamos jugando mucho -explica el presidente José Manuel Claver-. Si no recibimos la debida atención a nuestras demandas, se prevé la convocatoria posterior de un gran acto público, del que, en su caso, se te daría cuenta».

El aval se ha convertido en un argumento de peso para frenar la cesión de agua desde la cuenca porque el Scrats se ha negado en redondo a aportarlo, algo que acordó en una junta de gobierno la semana pasada en la cual tildaron que se había fijado un precio más que excesivo. En cualquier caso, con el mismo se pretende por parte del Ministerio de Agricultura tener garantizado el pago de ese volumen de agua -a precio de la desalada, de 0,60 euros el metro cúbico- para el supuesto caso de que no se devolviera por algún motivo.

«Chantaje»

Ayer los representantes de los regantes de la Vega Baja mostraron su apoyo al Ministerio de Agricultura y a la Confederación Hidrográfica del Segura ante lo que consideran «una presión y chantaje intolerable del Scrats y de una parte del empresariado murciano aprovechando el período electoral».

Como ya ha publicado el diario, la cuenca, que almacenaba ayer un 36% de capacidad, con 412 hectómetros cúbicos (250 menos que hace un año), está en prealerta y «no tiene agua para el próximo año en el que tendrá que regar con fortísimas restricciones» por lo que se niegan a que se le entregue al trasvase «la escasa agua de la cuenca sin ninguna garantía de devolución».

El Scrats presentó un recurso contra dicho aval, ofreciendo una devolución garantizada ya bien fuera a través del Sinclinal de Calasparra o de los propios aportes del trasvase (un futurible en estos momentos) pero eximiéndose de poner la garantía de diez millones de euros, algo que no convenció a la Abogacía del Estado, que dictaminó que «sólo podría ser prestada si el agua es devuelta cuando los regantes tradicionales la necesiten y con la misma calidad y disponibilidad que la que quiere coger el Trasvase».

Los regantes tradicionales esperan que los del trasvase puedan resolver su grave situación pero «les pedimos que no pretendan regar con nuestra agua a sabiendas de que eso supondrá dejar el año que viene en la ruina a los regantes tradicionales. No se puede desvestir un santo para vestir a otro. Si son consecuentes con nosotros, como hemos demostrado ser solidarios con ellos cuando teníamos agua, que busquen soluciones, pero sin quitarnos el agua que ellos saben que necesitamos para regar el año próximo y que en gran medida nos falta por toda la que ya les hemos dado».

Por último añaden que los regantes del trasvase intenta «con medidas de presión, disfrazar de interés general lo que no es más que el interés particular del Scrats y de los empresarios que lo apoyen».