La exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, volvió a ser ayer una de las protagonistas del chupinazo de las fiestas de Catral, tras la particular aparición el pasado año cuando el alcalde, Pedro Zaplana, salió al balcón consistorial disfrazado de la política popular para recordar «el caloret faller» que tantas ampollas levantó en la capital valenciana, adaptado a la localidad. Ante tal ocurrencia, que llevó a las fiestas de Catral a la primera línea mediática a nivel nacional, «el listón estaba muy alto», reconoció el propio edil, por lo que la expectación era máxima.

La sorpresa llegó cuando un coche, con matrícula del Senado, órgano político al que pertenece ahora Barberá, hizo su irrupción en la Plaza de España. De él bajó otra Rita Barberá, esta vez encarnada por un actor de un grupo teatral de la localidad, escoltada por dos caras más conocidas, la de los ediles de Turismo y Urbanismo, Francisco Grao y Juan José Vicente, respectivamente. Barberá volvió a hacer gala de un valenciano un tanto particular para desear unas felices fiestas a un pueblo que la acogió con los brazos abiertos.

El recibimiento fue multitudinario, pues la Plaza de España se quedó pequeña en esta ocasión ante la gran expectación por conocer las ocurrencias del primer edil para dar inicio a este particular festejo que «ya han copiado cinco ayuntamientos de la Vega Baja», apuntó Zaplana, tras el éxito del año pasado.

Lo cierto es que la plaza se convirtió en un auténtico festival donde la música, a cargo de DJ's, la bebida a cargo del Consistorio, y, sobre todo, las ganas de pasárselo bien reinaron en la mañana de ayer, cuando muchos acudieron a recibir el baño de agua con mangueras para refrescarse en una calurosa mañana de junio, como pistoletazo de salida de las fiestas.

A última hora de la tarde tuvo lugar el gran desfile multicolor en el las distintas peñas sacaron sus mejores trajes a la calle para completar todo un día festivo.