Corría el año 1938 cuando el poder soviético en Rusia confiscó la Iglesia de San Juan Bautista ubicada en la ciudad de Pushkin, a pocos kilómetros de San Petersburgo. El templo era uno de los pocos que servía al culto católico y fue desacralizado y convertido en una sala de conciertos. Ahora se ha rehabilitado para su consagración al culto y un escultor de Cox, Ramón Cuenca, ha recibido el encargo de realizar dos de las tallas que se colocarán en el edificio. La primera de ellas ha sido una Purísima que ya está terminada y ha sido enviada hasta Rusia por vía área.

El encargo llegó a través de internet. El párroco del templo contactó con el imaginero y gestaron el proyecto chateando a través de Facebook. El contrato se firmó en Madrid el pasado verano y tras realizar los primeros bocetos y recibir la aprobación del cura comenzó a ser tallada la Virgen. Desde entonces se realizó un seguimiento casi diario a través de las redes sociales compartiendo fotografías y vídeos con los avances del trabajo.

Se trata de una imagen de tamaño académico (1,30 metros) y de inspiración barroca. Se ha realizado mediante la técnica del estofado el temple y los dibujos que revisten la imagen con la decoración del vestido y las cenefas han sido diseñados por Santiago Rodríguez.

La talla ha sido realizada «en un tiempo record», según él, debido a que se comenzó en diciembre. «Ha sido mucho trabajo pero la condición era que estuviese para el día de la consagración del templo, que es el 23 de junio». Este fin de semana ha sido enviada en un avión hacia el templo en el que se expondrá al culto. Para garantizar su conservación se ha realizado un embalaje especial de madera forrado en el interior para protegerla.

Ahora el escultor comenzará a trabajar en una talla de San José que se dispondrá en la misma iglesia y que estará lista el próximo año. Ambas imágenes se colocarán en dos hornacinas ubicadas a los laterales de un gran lienzo que reproduce el Bautismo de San Juan, el mismo que permanecía en la iglesia antes de desacralizarla.

Lugar para albañiles

Ramón Cuenca explica la curiosa historia de este templo. «La localidad de Pushkin alberga el complejo palaciego de los zares, es como el Aranjuez de San Petersburgo. Allí hay un templo católico entre muchos ortodoxos que es el de San Juan Bautista. Era una iglesia para que pudieran acudir a rezar de los albañiles polacos que levantaron los palacios y los arquitectos italianos. Los zares lo construyeron a principios del siglo XIX y durante la Revolución se desmanteló todo».

Lo cierto es que este encargo del extranjero no es el primero que ha recibido el escultor. En 2014 recibió otro de un diseñador de moda residente en Emiratos Árabes que pidió tallar la imagen de un Jesús Cautivo en madera de cedro para regalarlo a una parroquia de Manila (Filipinas), su ciudad natal. También ha realizado trabajos para Italia o Inglaterra y ahora está cerrando contratos para realizar otras dos piezas de imaginería para México y Canada.

¿Y cómo un escultor cuyo taller se encuentra afincado en Cox consigue encargos desde tan lejos? Eso es algo que Cuenca tiene claro: estamos en plena era de la globalización. Su carta de presentación en internet, las redes sociales y, sobre todo, el respaldo de sus creaciones, que llegan a más gente de las que él mismo se puede imaginar.

«No se hace promoción internacional, este sector funciona más con el boca a boca y con la exposición de las obras. El traductor de google y sobre todo el contacto por Facebook, Instagram o Skype hacen el resto».

A Ramón Cuenca le avala una experiencia de más de dos décadas y se ha convertido en uno de los referentes actuales del arte sacro tras haber tallado numerosas obras para templos, cofradías y hermandades de todo el territorio nacional y de varios continentes.