La verdad es que la vida ciudadana local está bastante confundida, sabemos que nuestra casi paralizada administración nos da un día sí y otro también muestras de alicientes poco tranquilizadores para nuestra convivencia cotidiana. Así, un día desayunamos con las vicisitudes del esotérico y misterioso interventor, otro con las dificultades administrativas municipales y la impotencia que estas producen y otros con los problemas judiciales que rodean la amenazadora y muy relevante situación local o por la preocupación que los resultados de tantas cuitas pendientes puedan afectar a la vida cotidiana de esta confundida y aletargada ciudadanía.

Por si fuera todo esto poco, ahora ha resultado patente que la institución que representa a la Semana Santa, también parece que ha sido pretendida por un joven pero antiguo galán que de la mano alzada municipal se ha postulado para presidir su Junta Directiva. No se sabe por qué circunstancias, si por su juventud, porque ha sido galán de varias pretendencias o porque han comprendido los integrantes de esta avezada junta, que mezclar santos, tradiciones y política eran malos consejeros, que han decidido como en aquel viejo refrán: «Mas vale malo "Martínez" conocido, que bueno "Cecilia" por conocer».

Orihuela nos muestra sus estereotipos y así su Junta Directiva ha dicho a todos los políticos: «Por favor no ayudarnos a resolver nuestras cuitas internas y dejarnos, que llevamos muchos años resolviendo silenciosa y efectivamente nuestros problemas sin que nos haya hecho falta la participación política». ¡Que inteligente la Iglesia: Cómo supo ayudar con su abstención!

Ignacio Martínez, mi felicitación sincera por tu elección y ojalá tengas tanta ayuda como votos en contra en tu elección y te preconizo: ¡Cuidado, que ahora vendrán las zancadillas!

Maldita política, que se mete hasta en la sopa.