Ahora -nunca es tarde si la dicha es buena-, el PP descubre las Américas disfrazadas de un bonito barrio en la zona sur de Torrevieja, Rocío del Mar. El mismo que durante años fue sometido al más absoluto ostracismo. Aún recuerdo unas elecciones municipales, no hace tanto, creo que dos, cuando en una de esas reuniones donde todo el mundo se acuerda de todo el mundo durante 15 días, se convocó un encuentro de masas para apostar por el barrio. En aquella convocatoria alguien pidió la palabra para manifestar que se alegraba de todas las promesas allí expuestas, insistiendo en la incredulidad, ya que ni tan siquiera las cosas más nimias habían sido capaces de finalizar durante tantos años. Al lector le sonará increíble, pero aquella persona argumentaba que empezaría a creer sobre las buenas intenciones del PP, cuando comprobara que la desgana había finalizado y se decidiesen, por ejemplo, a poner nombre a la gran mayoría de las calles que, por raro que parezca, aún estaban sin bautizar. Es más, en aquella cita se le invita al proponente a que fuese él mismo el que buscase una temática común. Mal empezaba la cosa, pensaría el buen hombre, cuando ni ganas había de romperse la cabeza en buscar temáticas con lo fácil que resulta. Bueno, de aquel fantástico día quedan calles como «Cala Dorada», «Caballito de mar», «Mar Gruesa», «Estrellita de Mar» o «Rizada», entre otras.

Tampoco voy a hablar de la dejadez general que todo vecino de la zona sabe y que Eduardo Dolón no ha visto hasta estos momentos. Pero de repente se le enciende la luz y decide bajar por la Avenida principal (De las Olas, por si no se acordaba), a vender a bombo y platillo que aquello por lo que no miró durante tanto tiempo, como la luz, y gracias a su gestión mediática en Diputación, se había resuelto en positivo, no fuera que el nuevo concejal se pusiese la medalla. Lo que no dice es que políticamente se actuó con la máxima celeridad y urgencia posible, tal y como me asesoran los técnicos, los mismos que los suyos durante tantos años, teniendo claro que la complejidad burocrática iba a dejarnos fuera de plazo por unos días, como así fue, y como así se explicó al vecindario por mi parte, comprometiéndome a que la obra se ejecutaría lo pagase quien lo pagase sin que fuese la vía política la culpable del desaguisado. Y en esas estamos, buscando soluciones y tranquilizando a los vecinos porque de eso se trata al fin y al cabo.

El verdadero populismo, Sr. Dolón, es rasgarse las vestiduras por Torrevieja de la misma manera que otros, caso del presidente de la Diputación, convoca plenos extraordinarios y urgentes para desatascar el nudo en la garganta que se les pone a los conductores cada vez que se desvía a Calp, y dejar de acusar de desidia o de nefasta gestión política. Por nefasto, entiendo, es pasear con tranquilidad por la zona «zero» y comprobar el estado de las calzadas, aceras, arbolado o estado general del barrio, algo que no se ha deteriorado desde hace apenas un año, motivo que explica la calificación anterior, la que Ustedes han prestado. Yo me ofrezco a ir con Usted y hablamos con los vecinos para que así se lo expliquen todos y no solo unos pocos. Sea como sea, con el mismo cariño que dice que me profesa, soniquete previo que siempre utiliza para acto seguido darme el hachazo, estamos para reconocer que nos han votado para trabajar por Torrevieja, que es lo que intento hacer como supongo le consta, y lo que debería hacer Usted. Tengo la ligera sensación de que cree estar en una situación cómoda, por encima del bien y del mal, sin duda un craso error.

No obstante, y para finalizar, nunca rechazaré las ayudas vengan de donde vengan. Cuando quiera, nos paseamos por el Sector 25, o por San Luis, o por Los Altos, o por las Villas, o por La Mata? Yo lo estoy haciendo a diario, créame, y no le va a gustar mucho lo que le van a contar.