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Orihuela, al norte, al sur...

Orihuela, al norte, al sur...

Esta semana, a colación de una noticia en la cual nos preguntáramos qué había pasado con el ático del ahora portavoz del grupo municipal de Ciudadanos (C´s) en Orihuela, Juan Ignacio López-Bas, a quien le abrieron expediente sancionador en 2012 tras admitir días antes en este periódico que se había realizado una ampliación de 40 metros cuadrados que era ilegal e ilegalizable, uno de esos amables lectores que tanto me aprecia me escribió para decirme si no teníamos otras cosas más importantes de qué preocuparnos. Que él también se había hecho su ampliación y, ¡vamos!, que no era para tanto. Le faltó añadir que nos metiéramos en nuestras cosas.

Un día más tarde de dicho reportaje, el concejal socialista Antonio Zapata, quien asumió el pasado mandato el área de Urbanismo y que, consecuentemente con ello, tendría que haber resuelto en un sentido u otro aquel expediente, daba una rueda de Prensa para informar que iba a llevar ante la Fiscalía unas facturas supuestamente falsas presentadas por la pareja de López-Bas, como propietaria del inmueble, para justificar que aquellos trabajos se habían realizado en 2008, más de cuatro años después de la apertura del expediente de infracción urbanística y que, por lo tanto, no había más solución que darle carpetazo por prescripción. Quien debió velar durante el pasado mandato para que este expediente (y el resto) se diligenciaran de forma correcta y en los plazos previstos no había encontrado hasta ahora -un año después de dejar Urbanismo- una fotografía aérea de 2010 que supuestamente prueba que en ese año ni habían comenzado las obras y todo sería un engaño.

No dudo ni de las facturas ni de la fotografía aérea, pero sí coincido con ese lector que dice que si no tenemos otras cosas más importantes de qué preocuparnos algunos periodistas. Tiene toda la razón. Al fin y al cabo al que están señalando con el dedo con un asunto que no sé si es feo o muy feo -pero que probablemente no llegará a ningún sitio- fue nombrado hace un mes por el alcalde Emilio Bascuñana vicepresidente de la comisión de Urbanismo -¡toma castaña!-, en la primera vez que este órgano se reunió después de un año de gobierno. Y en la hoja de ruta que le marcó López-Bas al líder del Partido Popular para hacer gobernable la ciudad gracias a C's, le dijo que una de sus prioridades inexcusables era la creación de una Gerencia de Urbanismo. Y mejor que él, claro está, no lo sabe nadie.

Sentado en la terraza del bar Pepe, uno de los negocios jóvenes que mejor funciona en la ciudad, levanté el otro día la cabeza y me encontré con esa grúa inmensa que desde hace años revolotea el cielo de la Gran Ciudad. Nadie sabe los años que lleva ahí, en medio de la ciudad y de una obra a medias que se paralizó por la crisis por delante, pero de vez en cuando esa enorme mole metálica se mueve: Una vez al norte otras al sur,? según le marque el viento. Siempre pensé que igual que yo otras personas, muchas otras, se preguntarían qué hace aún allí porque rompe una de las estampas más bellas de la ciudad: el Segura, el Palacio Episcopa, la Catedral, Santa Justa, el Seminario... Y, ¿por qué no la retiran? ¿existe peligro de que algún día por falta de mantenimiento se venga abajo?

Estas dudas, como tantas otras, no tienen contestación. La grúa es un eufemismo más de Orihuela. Una ciudad cuyos dirigentes son especialistas en la venta de humo y echar las culpas a otro, aunque de eso no les culpo. Pasa aquí y pasa en todos los sitios. Es lo que tiene la política. El único trabajo en el que uno se pone el sueldo antes de saber si lo merece.

Esta próxima semana se cumplirá un año desde que el Partido Popular alcanzó la Alcaldía de una ciudad de importancia capital para esta comarca y que debía ser ejemplo, por tradición, historia y patrimonio de toda la Vega Baja, pero venida a menos durante los últimos mandatos sin que, y ahí coincido con el alcalde Bascuñana, nadie se preocupe de la necesidad de liderar, pilotar, encabezar o asumir las riendas de un proyecto serio o estable, que cree trabajo, futuro, huerta, fomente las tradiciones o el turismo. Y lo dejo aquí porque para qué seguir si todos sabemos qué es lo que necesita Orihuela, ¿verdad alcalde?

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