«9,50 euros el kilo está bien, pero debería venderse más caro», aclaraba ayer el patrón Paco Bernabé, que ya tenía garantizada la comercialización de la preciada captura al mayorista especializado Albaladejo, antes de estar desembarcada en el puerto. Se destina las piezas a los mejores restauradores o el mercado asiático. Estos atunes rojos son capturados con unos artes de pesca de un impacto ambiental menor que el arrastre o el cerco, más todavía si se lleva a cabo por embarcaciones pequeñas, como es el caso.

Básicamente consiste en varias líneas de redes suspendidas en el agua con anzuelos y sostenidas por boyas en sus extremos. D. P.