La delegación en Alicante de la Asociación Unificada de la Guardia Civil en Alicante (AUGC) ha denunciado con un comunicado «la injustificada presión que vienen sufriendo los agentes en el Acuartelamiento de la Guardia Civil de Torrevieja», por parte del comandante Jefe de la Compañía.

Estos agentes «son vigilados a escondidas por el comandante con tretas tales como mezclarse vestido de paisano entre los denunciantes en la sala de espera y tapar su cara con un periódico para no ser reconocido».

Los jefes de Turno tienen órdenes especiales del Comandante para que «ejerzan un control que se sale», a juicio de la AUGC «de los parámetros normales de disciplina y mando». El comandante jefe del acuartelamiento, «en uno de sus arrebatos», el pasado lunes ordenó eliminar todas las papeleras instaladas por la Diputación Provincial en las zonas de uso común en el interior del cuartel «porque ya no viene nadie a vaciarlas».

La AUGC Alicante insta a los responsables del cuerpo para que tomar «cartas en el asunto y definitivamente se investiguen entre otros motivos el porqué de esa insufrible presión; el porqué se utiliza el área de atención al ciudadano como área de castigo; por qué se nombra servicio a los agentes en vehículos que carecen de los más elementales medios de comodidad y seguridad; por qué los aseos de los agentes llevan décadas en condiciones insalubres; por qué las mujeres agentes tienen un aseo donde no existe una papelera para dejar sus tampones o tampax y tienen que dejarlos tirados por el suelo; por qué la compañía a su mando ha batido el récord de oficiales y suboficiales denunciados por sus agentes y por AUGC disciplinariamente y judicialmente; por qué este oficial ha batido el récord de expedientes disciplinarios abiertos contra los agentes a su mando; por qué este oficial ha batido el récord de partes disciplinarios y denuncias de agentes contra él».

Según valora la AUGC que «ya de por sí existe un régimen disciplinario de la Guardia Civil bastante severo como para que existan castigos enmascarados y, además, se someta a los/as agentes a situaciones ridículas de espionaje infantil y se les obligue a realizar su trabajo en condiciones que implican riesgos laborales contra su salud y su seguridad».