La Concejalía de Urbanismo ha notificado a la iglesia arciprestal de La Inmaculada la autorización de la licencia de obra que solicitó para la rehabilitación de los dos torres campanarios de la iglesia de Torrevieja. Las únicas limitaciones que se señalan son las que se indiquen en el catálogo de bienes protegidos. La mayor parte de la reforma se centra en el interior de la propia estructura de las torres, deteriorada por la falta de mantenimiento y el paso del tiempo. La principal actuación se basará en el saneamiento de los forjados de hierro de los dos campanarios. Para levantar las torres a principios del siglo XX -la torre de Poniente, la del reloj, se inauguró en octubre de 1901 y la de Levante en 1907- se usaron vigas del antiguo ferrocarril, que han quedado a la intemperie, afectadas por la salinidad y humedad del clima de Torrevieja. En esas zonas han aparecido grietas.. El presupuesto previsto supera los 40.000 euros. Los andamios no cubrirán las fachada de la iglesia, porque la mayor parte la obra es interna.

Además del forjado, el paso del tiempo ha hecho inaccesible algunos tramos de las escaleras que conducen a los campanarios. También hay que reponer barandillas y peldaños y se han perdido tejas, ladrillos y molduras en los arcos y la cubierta.

La torre y el campanario se alzan unos 22 metros sobre el perfil del casco urbano en la plaza de la Constitución y junto a su gemela componen una de las estampas más reconocibles de la geografía urbana de Torrevieja. Hasta mediados de los sesenta seguía siendo una de las construcciones más elevadas del municipio.

La actual iglesia se levantó sobre otra anterior, mucho más pequeña, datada 1789, coincidiendo con el impulso de la explotación de las salinas de Torrevieja. Fue destruida por el terremoto de 1829, y reconstruida aprovechando las piedras de la vieja torre que daba nombre al pueblo, algo que se puede observar a simple vista en la distinta tonalidad de los sillares de la base de la fachada del templo.