La Generalitat Valenciana y el ejecutivo de Murcia han cerrado un acuerdo para que el municipio de Orihuela pueda trasladar 7.000 toneladas de residuos sólidos urbanos hasta un vertedero de la región vecina. La decisión fue aprobada primero por el Consorcio de Residuos de la Vega Baja, que abordará el próximo viernes en comisión si acepta la petición de la localidad oriolana de poder enviar otras 10.000 toneladas de basura adicionales.
Esta información fue trasladada ayer por el presidente del Consorcio comarcal de desechos, el diputado autonómico Manuel Pineda. Orihuela se convertirá así en el segundo municipio de la Vega que logra autorización para poder procesar parte de su basura en territorio murciano, al igual que lo hace ya Pilar de la Horadada. Esta disposición supondrá en parte un alivio para el consistorio oriolano al ver reducidos los costes del trasporte de los desechos hasta la planta de tratamiento, puesto que en la actualidad se llevan hasta el vertedero de Jijona.
Esa decisión servirá igualmente a la Conselleria de Medio Ambiente para ir cerrando el nuevo mapa de la distribución de los desperdicios de la comarca de la Vega Baja. Cabe recordar que el Consorcio de Residuos de Villena, presidido por el alcalde de esta localidad, Javier Esquembre, adoptará en pocas días la decisión de no aceptar más envíos de basura del sur alicantino. Desde septiembre del pasado año, la planta ubicada en el citado municipio, gestionada por Vaersa, acoge cada día cerca de 75 toneladas de basura de la Vega. Pues bien, antes de que acabe el mes de mayo esos desperdicios deberán de llevarse a otros vertederos y es por ello que la decisión de derivar parte de la basura de Orihuela a Murcia supondrá un pequeño balón de oxígeno.
Hasta Xixona
Pineda dijo que cabe la posibilidad de que parte de esa basura que va a Villena se empiece a trasladar hasta Xixona gracias a que Orihuela reducirá sus envíos. El resto, si es que se necesita, se intentará llevar a otros vertederos de la provincia de Alicante, porque la pretensión de la Generalitat es no tener que enviarlos a Valencia. Todo ello obligará a redistribuir el flujo de las basuras en la provincia. Esta serie de movimientos con la basura de la comarca es la consecuencia directa de que el Plan Zonal de la Vega Baja sea el único de la Comunidad Valenciana que no dispone de su propia planta de tratamiento de desperdicios. El Consorcio encargó hace casi un mes la redacción de las bases técnicas que regirán la contratación de un nuevo proyecto de gestión para ordenar la eliminación de las 247.000 toneladas de desechos que se generan cada año en la comarca y que hoy día se distribuyen en múltiples vertederos. Se espera que estén listas en un plazo máximo de tres meses y la pretensión del Consell es impulsar la puesta en marcha de una estación de transferencia y de una o varias plantas de tratamiento gestionadas por una empresa pública.
