No es lo habitual, pero imagínense que los deberes escolares de los niños de Infantil y Primaria pasen por acudir al cine con sus padres, disfrutar de un concierto de música clásica, una exposición de pintura, contemplar una obra de teatro o disfrutar de una rica comida. Este ha sido el objetivo del proyecto educativo para ser un «competente cultural» y que cerró ayer el colegio público Manuel Riquelme de la pedanía oriolana de Hurchillo, con su visita al Museo de Arte Sacro en el Día de los Museos.

Durante estos meses, los alumnos han tenido que rellenar un portafolios demostrando que han realizado todas y cada una de estas actividades junto con sus padres, adjuntando una fotografía o la entrada de la película, museo o concierto que hayan disfrutado, y un dibujo de lo que más les hubiese gustado del espectáculo. La novedad es que este tipo de «deberes» también implica a los padres, a quienes se les puntará una vez finalizado el proyecto, junto a sus hijos.

La pretensión del centro no es más que inculcar el disfrute de la cultura entre los más pequeños y también concienciar a los padres de la importancia del fomento de estas actividades «para evitar incluso el fracaso escolar», apuntó el director del centro, Joaquín Marzá. El centro eligió para su visita en el Día de los Museos el espacio con más peso de la ciudad, donde los pequeños pudieron contemplar de cerca el Velázquez con el que cuenta la famosa «Sala Roja».

Además, y como excepción, ya que habitualmente no forma parte del itinerario de visitas, los escolares pudieron disfrutar del extenso archivo histórico del museo, que se remonta a varios siglos atrás.

Este proyecto, impulsado por el centro oriolano, se impartirá el próximo curso en la Red de Escuelas de la UNESCO, de la que el colegio forma parte.