La primera feria taurina de Benejúzar en los últimos 30 años reunió ayer a un numero público de toda la Vega Baja para vislumbrar el concurso de recortadores en el que participaron 12 personas de toda España para tratar de evitar las embestidas de los cinco toros cerriles. Un objetivo que no siempre alcanzaron ya que se registraron dos cogidas, una leve y la otra que desató la sorpresa del público pues, si bien no fue de especial gravedad, dejó al recortador algo indispuesto y con dificultades para caminar.

El concurso estuvo dividido en tres rondas por cada uno de los cinco toros que tuvieron que esquivar los concursantes, que fueron eliminados en cada ronda. Así, tuvieron que demostrar su proeza a la hora de esquivarlos con rápidos y audaces movimientos, que en algunos casos se convirtieron incluso en piruetas.

El evento se desarrolló con total normalidad y con un gran éxito de convocatoria al no acudir organizaciones animalistas a denunciar que vuelvan las celebraciones taurinas tal y como estaba previsto, ante el enorme debate y rechazo que desató hace semanas el anuncio de estas celebraciones y que ya recogió INFORMACIÓN.

Desde numerosos colectivos apuntaron ayer a este diario que, si bien no pudieron organizar protestas para la jornada de ayer, esperan organizarlas en los próximos días, pues la feria continuará el fin de semana que viene en la plaza de toros portátil instalada para la ocasión con numerosas vaquillas. Hecho que contrasta con la supresión de estos festejos e incluso la prohibición de espectáculos con animales que ya han adoptado numerosas localidades de la provincia.

De hecho, al término del concurso, que duró alrededor de 40 minutos, pues cada uno de los saltos dura apenas unos segundos, se realizó una suelta de vaquillas para que todos los asistentes experimentaran la adrenalina de esquivar al animal, si bien muchos de los asistentes abandonaron la plaza antes de que llegase este momento debido a la anécdota protagonizada por el último toro de la tarde que, una vez suelto, se resistió a volver al camión donde estaban encerrados los animales.

Los entendidos en la materia coincidieron ayer en que los animales salieron al ruedo apáticos, lo que deslució en parte la competición. La empresa organizadora trató que el «espectáculo» fuera dirigido a toda la familia, por lo que antes de la última ronda, la gran final del concurso, se realizó una actividad para los niños, quienes tuvieron que esquivar un hombre disfrazado de vaquilla.