Por haber ayer de todo se podía hasta contemplar Júpiter y sus satélites o la Luna -más de cerca, claro está- en la Plaza del Carmen gracias al Museo Didáctico que instaló sus telescopios a las ocho de la tarde, una hora bruja en la que se pasó de pensar en cerrar negocios a abrirlos, especialmente los museos y para disfrute de los visitantes. A esa misma hora arrancó un concierto de guitarra flamenca en la Casa Museo Miguel Hernández o se podía participar en una visita guiada a la sala de exposiciones que alberga la muestra de Alfonso Ortuño «Perito en lunas».

El Museo de Semana Santa mostraba sus tronos mientras que a pocos metros de allí el Quinteto de Metales Ginés Pérez de la Parra ofrecía un concierto en la Plaza de la Merced. La oferta era variopinta porque se podía conocer vestas, insignias y demás objetos religiosos ligados a la Semana de Pasión más internacional del año -escuchando a los Cantores de la Primitiva Pasión Federico Rogel- o, en cambio, acercarse al Teatro Circo para asistir a un concierto de Revólver.

El Obispado se sumó en el Museo de Arte Sacro con un concierto de canto y piano y una representación en cuatro dimensiones de «La Tentación de Santo Tomás». También abrió el Museo Sorzano de Tejada, donde se pudo escuchar un concierto de viento y cuerda, posiblemente la oferta más dulce pues incluía una degustación de repostería del Convento de la Trinidad. El Museo de la Muralla acogió un concierto de cámara y el de la Reconquista otro, claro está, de música festera con una banda de 16 músicos y la exposición de La Armengola. Y La Diablesa, en el Museo Arqueológico contó con una sesión de DJ. Mientras tanto, comercios, bares y restaurantes hacían caja.