Moisés García Martínez y Angie Lizeth Pulido Sotelo aceptaron ayer penas de cuatro años y seis meses de cárcel cada uno en una vista oral que tuvo lugar en el juzgado de lo Penal 1 de Orihuela por las lesiones que causaron a su hija de 50 días, lo que fue denunciado por una vecina el 9 de noviembre. Ese día observó al varón agredir al bebé, al que le propinó dos bofetones mientras le cambiaba el pañal sobre el capó del turismo en el recinto de Los Huertos, mientras la madre no hacía nada para impedirlo, según el relato de hechos del Ministerio Fiscal.
La denunciante se quedó tan sorprendida de aquella escena que requirió la presencia del Cuerpo Nacional de Policía, se les consiguió localizar y detener y, a raíz de aquella historia, se destapó un caso de malos tratos sobre otro niño de la pareja, de dos años, pero de consecuencias menos graves.
El letrado de la defensa, Antonio Gascón, aconsejó a los acusados aceptar la rebaja de la pena que pedía el Ministerio Fiscal, que era de diez años y seis meses de prisión para cada uno por dos delitos de lesiones y dos de maltrato habitual. La pareja está desde noviembre en prisión, el mayor de sus dos hijos al cuidado de familiares y la pequeña en manos de la Conselleria de Bienestar Social, que asumió la tutela y tendrá la custodia. La sentencia fijará una indemnización y también una orden de alejamiento para que los padres no se puedan acercar al bebé, al menos, durante cinco años.
Pasillo
Los testigos no tuvieron que comparecer en el juicio, como tampoco los agentes de la Policía Nacional que intervinieron en aquellos hechos. Los acusados fueron trasladados desde prisión a los juzgados, metidos a través de un pasillo interior al edificio y de ahí a la sala de vistas, donde aceptaron la condena. La forense que había visto a la pequeña tenía que haber prestado declaración por videoconferencia. Su informe era demoledor. La pequeña fue trasladada al Hospital Comarcal Vega Baja en Orihuela a consecuencia de aquellos hechos y tras ser examinada por los médicos se descubrió que presentaba «hematomas en la cara, abdomen y lumbar derecho y muslo derecho indurado», pero estas no eran las únicas lesiones, ya que le realizaron más pruebas y se apreciaron «lesiones esqueléticas», en concreto una fractura del fémur derecho y un importante hematoma.
También un «marcado edema en toda la musculatura anterior del muslo y de gran parte de la posterior» y a través de una resonancia magnética en la cabeza se encontraron evidencias de contusiones cerebrales «probablemente crónicas», aunque con focos de sangrado reciente que apuntan a que la niña fue golpeada con anterioridad. Dichas lesiones, señala el ministerio público, son características del síndrome del niño zarandeado.
Desarrollo
El bebé estuvo diez días ingresado y es necesario realizar un seguimiento para valorar el desarrollo psicomotor y el posible daño cerebral de la menor.
