Víctor va al volante de la minicasa rodante que utilizan muchos indigentes de la Vega Baja. Visita tres municipios en estos momentos: Callosa de Segura, Orihuela y Guardamar del Segura, pero dentro de poco se ampliará este servicio a dos más: Torrevieja y Almoradí. Sobre sus anchas espaldas, sobre las de él y las de otros compañeros de Cruz Roja, se asienta el Centro de Día Móvil (Cedimo), un proyecto que la ONG puso en marcha en otoño de 2015 para acercarse más a la pobreza y ayudar a muchas personas a encontrar su camino.

La Cedimo no es más que una caravana adaptada con cuatro duchas y un depósito de 100 litros que ofrece toallas, playeras, algo de ropa cuando hace falta, comida y bebida y mucha charla a los indigentes que la visitan.

El proyecto está triunfando en estos municipios donde ha corrido gracias al «boca a boca» entre los más necesitados. A Víctor no le cuesta ni un segundo hacer una composición de lugar de en qué consiste su trabajo y quién se beneficia de él: familias que van a ducharse porque en su casa no tienen caliente u otras que viven a la intemperie. Con una sonrisa que no le abandona ni un segundo se siente orgulloso de dar a los necesitados algo de dignidad. La demanda que tienen es tan importante que algunas veces tienen que restringir el número de personas -sólo hay 30 litros de agua caliente en el depósito- o, en cambio otras, permitirse el lujo de dejar al último disfrutar de hasta la última gota. Ayer, detrás del centro comercial Ociopía, donde instalan todos los jueves esta particular minicasa de la pobreza, presentaron el convenio suscrito con el Ayuntamiento de Orihuela en presencia de la edil de Bienestar Social, Sabina Galindo, y de la coordinadora de la Asamblea Local de Cruz Roja en Orihuela, Pilar Ibáñez. La ayuda municipal no es mucha porque tampoco la ONG pide gran cosa: suministrar un punto de agua y la reserva de aparcamiento para la instalación del vehículo. Y funciona.