La unión hace la fuerza y los vecinos de los alrededores de la plaza de toros se han unido para instar al Ayuntamiento a dar solución a un problema con el que conviven desde hace años sin que ningún equipo de gobierno, a pesar de las continuas promesas de unos y otros, haya sido capaz de solucionar: el lamentable estado de ruina de la Plaza de Toros de Orihuela.

Una veintena de personas ha creado una plataforma ciudadana que quedará constituida formalmente este fin de semana y con la que poder realizar acciones comunes para acabar con una construcción que, dicen: «Empobrece la imagen de la ciudad al estar en una zona céntrica, ser uno de los accesos a Orihuela, y, lo más importante, supone un problema real ante la posibilidad de que se derrumbe alguna de sus paredes».

De este modo piden que, antes de que esto ocurra, sea el Ayuntamiento quien derribe el edificio, si no en su totalidad, «sí las partes que están en peor estado y que son susceptibles de caer». Roberto Pastor, uno de los miembros de la plataforma, apuntó ayer a que otra de las reivindicaciones que trasladarán al equipo de gobierno, si accede a recibirlos, pasa por «el derribo el muro de la parte posterior, que da a la zona de Puente Rey. Desde nuestros balcones vemos unos árboles que llegan hasta la quinta planta, de más de 25 metros. Queremos que esa zona se abra al uso y disfrute de los vecinos, pues podría hacerse un jardín con bancos y farolas espectacular».

La plataforma tiene previsto solicitar una reunión formal con la edil de Urbanismo, Begoña Cuartero, e incluso con el alcalde, Emilio Bascuñana, para trasladar esas peticiones «de forma amable y cordial, no se trata de ir contra ellos. Esta situación no es culpa del gobierno que acaba de llegar. Lleva así muchos años, pero ellos sí tienen la oportunidad de convertirse en los héroes de esta situación y darle solución». Si sus réplicas no fueran escuchadas, la plataforma se planteará una «recogida de firmas. Ya sabemos que contamos con el apoyo de comercios del barrio y gente de toda la ciudad, pues no es una cuestión que nos afecte solo a nosotros, mucha gente pasa por aquí, el campo de fútbol está al lado, las escuelas deportivas pasan a diario... y esto es un peligro real», insiste.