Las 17 comunidades del regadío tradicional de la Vega Baja se muestran reticentes a la imposición de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) de instalar contadores volumétricos en las tomas de agua de riego procedente del río. Consideran que ese sistema no es aplicable al modelo de la Vega Baja debido al complejo sistema de retorno de aguas que se utiliza desde hace siglos a través de los azarbes, que permiten reutilizar el agua para regar varios campos de cultivo. Esto obligaría a instalar decenas de dispositivos en la huerta y dispararía los costes, pues el precio de cada uno esos aparatos puede superar los 10.000 euros.

Los representantes de los agricultores de la comarca se reunieron ayer en Guardamar del Segura con la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, que tomó nota de las reivindicaciones del sector. Las intervenciones de los distintos jueces de aguas evidenciaron el malestar que existe en la huerta tradicional de la Vega Baja con el trato que dicen estar recibiendo por parte de la CHS. Empezando por los citados contadores de agua, expusieron que con esos aparatos sería relativamente sencillo controlar el agua que llega desde el río Segura, pero no la que sobra en cada campo de cultivo, que se canaliza después para que sea utilizada por otros agricultores. «¿Cómo controlas la cantidad de agua que se drena de un campo y que luego usan otros? Habría que llenar la huerta de contadores», expresó el juez de aguas de Callosa, Pascual Gómez, que dijo que ese sistema no es efectivo en esta comarca. Otros pusieron sobre la mesa que para que esos aparatos funcionen hace falta electricidad, por lo que habría que pagar el cableado o comprar baterías eléctricas.

Los regantes también trasladaron a la consellera su preocupación por las cesiones de agua que se vienen aprobando para derivar agua de la cuenca del Segura a los regantes del trasvase del Tajo, mientras consideran que las reservas existentes no garantizan que haya recursos para los meses venideros en caso de que no se registren precipitaciones. Por ello, pidieron a la consellera que defienda sus intereses ante la CHS y que garantice que les siga llegando ese recurso esencial que hace que la actividad agraria pueda continuar.