El concejal de Personal, Rafael Almagro (Partido Popular), y los sindicatos presentes en la mesa de negociación no han alcanzado un acuerdo para la aprobación de la plantilla del Ayuntamiento de Orihuela tras la última reunión, celebrada el pasado martes, en la que se dio por rotas cualquier solución para este asunto, según confirmó ayer INFORMACIÓN. La aprobación de la plantilla es un documento vital para fijar cuál es el gasto de personal cada año y, consecuentemente, esta cifra debería quedar reflejada en los presupuestos.

Lejos de llegarse a una solución, el acta se levantó sin acuerdo y sin nueva fecha para sentarse a renegociar un asunto en el que no están de acuerdo ambas partes: la amortización de diez plazas de agentes de la Policía Local. A priori, el equipo de gobierno que encabeza Emilio Bascuñana pretende convertir estas plazas en otras de agentes de movilidad, una figura más próxima a la del personal que se encarga de resolver cualquier contingencia exclusivamente del tráfico y que supone una categoría profesional inferior en sueldo y obligaciones. La negativa de los sindicatos se fundamenta en entender que el equipo de gobierno, con esta decisión de cambiar policías por agentes de movilidad, minusvalora el trabajo que se realiza, que pretende cubrir a partir de ahora con un ahorro de costes eliminando personal de seguridad ciudadana.

La aprobación de la plantilla no es ni mucho menos un documento de tanto interés como la Relación de Puestos Trabajo (RPT), que es la que debería marcar el organigrama y estructura de todos los departamentos municipales. Pensar que equipo de gobierno y sindicatos no se han puesto de acuerdo para la aprobación de algo menor -este era el único punto de discrepancia y, por lo que se ve, insalvable- aleja la posibilidad de que a corto plazo se llegue a un acuerdo sobre la RPT.

Los sindicatos mostraron su descontento por el hecho de que la plantilla que les presentó el equipo de gobierno ni siquiera se hubiera actualizado con las recientes sentencias que conceden derechos a funcionarios. En el Ayuntamiento oriolano trabajan casi 800 personas y en estos momentos existen más de 30 plazas vacantes.