Los vecinos del entorno de la calle Barrio Nuevo están hartos de ver cómo la basura se acumula en dos solares cercanos sin que el Ayuntamiento haga nada por limpiar los colchones, juguetes, sillas, televisores, escombros y un largo etcétera de basuras que han hecho que en la zona proliferen «todo tipo de bichos, culebras y ratas», asegura Teresa López, una de las vecinas que se puso en contacto con el PSOE local para denunciar la situación de abandono de la zona. Junto a este solar, situado junto a la ermita del Barrio Nuevo, se encuentra otro cuya situación es más grave aún, aseguran los vecinos.

Se trata de la hilera de casas, una de ellas municipales, junto a los juzgados, en la calle que une estos con la calle Barrio Nuevo, y que desde hace años cuenta con una valla metálica ante el riesgo de que se venga abajo. De hecho parte de estas viviendas se encuentran derruidas, por lo que en su interior el panorama es aún más desolador. Botellas de cristales, plásticos, ropas y otros enseres se acumulan en una altura de metros, lo que también ha hecho que aparezcan reptiles, colonias de gatos e insectos que hacen que «ni siquiera podamos abrir la ventana», apuntó una de las afectadas desde cuya vivienda puede verse lo que parece un auténtico vertedero urbano.

La edil socialista Carolina Gracia criticó la dejadez del equipo de gobierno al no continuar con un expediente de demolición, el de las viviendas junto a los juzgados y que son el verdadero foco del problema, que iniciara el pasado mandato el entonces edil de Urbanismo, Antonio Zapata.

Los vecinos alertan de que el problema, además de la aparición de estas plagas, radica en un problema de salubridad y de seguridad, pues «con la llegada del calor pueden provocarse incendios» por la existencia de botellas de vidrio que podrían hacer de «efecto lupa» entre los enseres abandonados.

Además, como medida preventiva para acabar con el vertedero de basuras en que se han convertido estos solares, los vecinos reclaman un vallado en la parte más cercana a la sierra, pues en la zona de la ermita sí se cuenta con un muro que evite que se arroje más desechos junto al templo. Soluciones que llevan pidiendo mucho tiempo y que, amargamente, ven que no llegan.