La alcaldesa de Albatera, la socialista Rosa Guillén, presentará su dimisión en un plazo aproximado de un mes. Lo hará debido al pacto de investidura y gobierno firmado con la candidata de UPyD, Rosario Ballester, que establecía que ésta ostentaría la vara de mando durante el segundo año de legislatura. El relevo está garantizado siempre y cuando la edil Milagros Pérez, que concurrió a los comicios en la lista del PSOE y que se marchó al grupo de los no adscritos, apoye ese cambio. También dependerá de su voto que en 2017 la regidora Guillén pueda recuperar el sillón de la Alcaldía, algo que no está tan claro si se tiene en cuenta que la citada concejala se fue del equipo de gobierno precisamente por discrepancias con la alcaldesa.

La posición de minoría en la que se encuentra la regidora y con ella el PSOE se hizo evidente en la última sesión plenaria con una moción relativa a la modificación de los estatutos del Consorcio de Residuos. La propuesta del equipo de gobierno, que también se ha presentado en el resto de Ayuntamientos de la Vega Baja, consistía en reducir la representación de la Diputación, que mantiene un 25% y aumentar la del Consell, que dispone de un 15%, de tal forma que pasen a tener un 21% y un 19%, respectivamente, en ese organismo. Se trata de un plan ideado por los socialistas de la comarca para restar peso a la institución provincial, controlada por el PP, favoreciendo así a la Generalitat, en manos del PSOE y Compromís. Pues bien, en Albatera ese acuerdo fue tumbado por la oposición del PP con el voto de apoyo de la concejala no adscrita.

En contra

Se trata de la primera vez que el equipo de gobierno bipartito pierde una votación plenaria desde que Milagros Pérez diera portazo al bipartito acusando a la alcaldesa de incumplir el programa de gobierno con el que concurrió a las elecciones. Desde entonces la relación entre ambas está totalmente rota y se han generado diversas tensiones en la corporación.

De un lado está el Partido Popular (PP) liderado por Federico Berná, en la oposición, con ocho concejales. De otra parte Ciudadanos, con dos ediles que, aunque no están integrados en el equipo de gobierno ni mantienen competencias delegadas, cobran sueldos públicos a cambio de mantener en el gobierno al bipartito del PSOE (cinco ediles) y de UPyD, con una concejala.

A todo este respecto, la alcaldesa es consciente de que dimitir para ceder la presidencia del Ayuntamiento a Rosario Ballester es una maniobra que sólo se podrá revertir si Milagros Pérez apoya después que el PSOE vuelva a la Alcaldía en 2017. De hecho, de su voto también depende que la concejala de UPyD pueda o no ser la próxima regidora. En caso de que esa edil se abstuviera y hubiera un empate de votos entre los ocho del PP y los ocho de PSOE, Ciudadanos y UPyD, gobernaría la lista más votada, lo que podrían llevar a Federico Berná a volver a ser alcalde.

Rosa Guillén dice que prefiere no hablar de futuribles y garantiza que el PSOE cumplirá con el pacto para intentar que Rosario Ballester sea la alcaldesa, aunque lo cierto es que ya no sólo depende de su partido porque la alcaldesa ha perdido el control del pleno.