Los propietarios de la Torre de EmbergoñesTorre de Embergoñes, en Orihuela, entienden que no pueden retirar el depósito de agua que corona uno de las últimos vestigios de la antigua muralla antigua muralla que rodeaba la ciudad, que data del siglo XII al XIII, porque esta infraestructura es de propiedad pública como la conducción que le daba servicio y que atraviesa su finca. Y no es así porque lo digan ellos, es porque aparece en un acta plenaria de abril de 1928 de la que tienen copia. Los familiares añaden que la construcción del depósito respondió a la necesidad de poder garantizar el riego a la replaceta de Monserrate.
El diario publicó hace dos semanas del interés de la Concejalía de Patrimonio Histórico por dar solución a este bien cultural, declarado Patrimonio de España en 1949, dentro de la categoría de Monumentos, que está envuelto en matas y olvido, y coronado por un depósito que, como la Plaza de Ramón Sijé que el jueves el Ayuntamiento devolvió al joven poeta fallecido en 1935 a la edad de 22 años, lleva 80 años sobre esta privilegiada ubicación cubriendo de polvo y tristeza lo que tendría que ser un bien en alza. Como los propietarios no lo adecentaban el municipio pretende hacerlo y, de forma subsidiaria, cargarle unos gastos que se elevan por encima de los 7.000 euros.
Los familiares confirmaron a INFORMACIÓN que el depósito no funciona desde hace muchísimos años, tanto que ni se recuerda. El solar de 400 metros cuadrados, incluyendo la torre, era propiedad de sus bisabuelos. Ahora hay 15 herederos de los cinco hijos que aquella pareja tuvo y que son los que tienen que llegar a un acuerdo con el equipo de gobierno sobre este patrimonio. Ahora bien, lo que aseguran es que desde hace varios años nadie se ha puesto en contacto con ellos para darle una solución, ponerle precio o intentar una salida amistosa. Que ahora el Ayuntamiento, con Begoña Cuartero (PP) como concejala pretenda lo mismo que intentó Antonio Zapata (PSOE) el pasado mandato, que no es otra cosa que ellos retiren el depósito, cuando dicen es de propiedad municipal, lo ven un despropósito.
El acta que certifica la propiedad se encuentra depositada en la Biblioteca María Moliner. Y están esperando que les llegue la notificación del expediente para hacerla valer, aunque no tienen claro cómo se lo harán saber, si por correo ordinario o a través de edictos en el Boletín Oficial de la Provincial porque, a pesar de que ellos son una familia de Orihuela, perfectamente conocida, no entienden que no haya un trato más directo si el objetivo final es dar una solución a la torre.
El acta del Ayuntamiento agradecía que el propietario del solar, Tomás Ramón Saura, aceptara una servidumbre de paso para la conducción de agua que tenía que garantizar el servicio del depósito a través del solar. En el escrito se recuerda que lo había hecho de forma desinteresada al tiempo que el municipio se comprometía a hacerse cargo de los desperfectos que pudieran producirse por esta.
La familia asegura que desde los tiempos de Antonio Rodríguez Barberá como concejal de Urbanismo, hace una década, no han oído solución alguna para la Torre de Embergoñes ni les han puesto cifras para la venta sobre la mesa, aunque es cierto que mantuvieron reuniones con representantes de Los Verdes -Manuel Gallud o Manuel Culiáñez- el pasado mandato.
Ellos pretenden que el Ayuntamiento tase y valore los casi 400 metros de solar, que entienden que son edificables y que habría que pagar a precio de mercado porque en el colindante se construyó una casa hace ahora dos años, pero no estar en boca de todos por una responsabilidad y culpa que, entienden, no les pertenece. Los propietarios aseguran que nunca han denegado el acceso a la finca a nadie del Ayuntamiento y que están dispuestos a soluciones, pero para ello lo primero es citarlos. También recordaron cómo en 2015 facilitaron la entrada de los técnicos de la Universidad de Valencia que estaban realizando un trabajo sobre la planimetría de las murallas de Orihuela, desaparecidas hace muchos años y de las cuales la Torre de Embergoñes en uno de sus últimos vestigios porque, junto al río Segura (antes de modificar su encauzamiento a través del casco urbano de Orihuela, hace casi tres décadas) eran una de las entradas al municipio por la Puerta de Murcia.
