Dos alcaldes al unísono, los de Orihuela y Quesada (Jaen), descubrieron ayer cerca de las 19.20 horas una placa que devuelve a Ramón Sijé la plaza que le dedicó el pueblo de Orihuela el 14 de abril de 1936, en el V aniversario de la República, cuando se habían cumplido cuatro meses de su muerte a la temprana edad de 22 años. Probablemente, Sijé -que en realidad se llamaba José Ramón Marín Guitiérrez-, escritor y poeta, nunca hubiera tenido la relevancia que hoy tendría y su nombre sería tan recordado si aquel día -del que ayer se cumplieron 80 años- un amigo desde la infancia, Miguel Hernández, no se hubiera subido a una escalera de madera en mitad de aquel acto para recitar una elegía universal que le dedicó y que comienza con un: «En Orihuela, su pueblo y el mío...».

Sobre la fachada de la Biblioteca Pública, con una escalera de madera como simbólico recuerdo al poeta y ante no más de un centenar de personas, buena parte de la Corporación oriolana acudió al acto que nace de una iniciativa de la concejala de Ciudadanos, Mar Ezcurra, que se aprobó en pleno hace algunos meses para devolver el nombre que se le puso a este espacio público de convivencia el mismo que tenía aquel 14 de abril de 1936 y que duró 22 años hasta que durante la Dictadura el Ayuntamiento de Orihuela decidiera sustituirlo por Plaza del Marqués de Rafal.

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El acto lo abrió la concejala Sabina Galindo -la edil de Cultura, Begoña Cuartero no estaba presente- y lo cerró el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana con frasses como: «Marcamos así, con esta nueva placa, una página de la historia de Orihuela. Huella que pasará a formar parte a partir de mañana de las visitas turísticas que llegan hasta esta plaza pero sobre todo huella que quedará en la memoria de todos los que estamos aquí presentes».

El acto tuvo como protagonista a la concejala Ezcurra, quien dijo en su alocución: «Hoy, justo cuando se cumplen 80 años de aquel histórico día, de aquel histórico acto, volvemos aquí para cumplir el deseo de nuestro poeta, que estas piedras y esta plaza lleven para siempre el nombre que le fue impuesto tras un acuerdo plenario aprobado por unanimidad por una corporación, que más allá de las distancias ideológicas, supo reconocer el valor histórico, literario y filosófico de uno sus mas ilustres hijos. La misma unanimidad plenaria que ahora, ochenta años más tarde, ha hecho posible que la placa que vamos a descubrir hoy vuelva a esta plaza para darle nombre y recordar la figura de Ramón Sijé, de José Marín Gutierrez. Y que éste sea un lugar referente de recuerdo y homenaje constante del pueblo de Orihuela a los dos amigos del alma, a Miguel Hernández y a Ramón Sijé. Por justicia con ambos y por la diginidad que se merecen y por la que estamos obligados a mantener vivo su recuerdo y el legado que nos dejaron». El acto acabó con una actuación entre aplausos de todos los presentes con el sentimiento de haber vivido un momento de reencuentro y de haber participado en un acto con el que se salda una deuda que la ciudad tenía con dos de los principales símbolos intangibles de su cultura.

Estefanía Rodríguez