Solvia, filial inmobiliaria del Banco Sabadell, ha puesto a la venta todos los locales comerciales de su propiedad en la segunda y tercera planta de «La Plasa» por 581.000 euros. El anuncio en la web de la firma indica que se trata de espacios construidos en 1995, y que cuentan entre 25 y 62 metros cuadrados. La propuesta da a entender que se ponen a la venta en un solo bloque. Acompaña la información con imágenes del exterior del edificio, que también alberga el mercado municipal de abastos en la planta baja. La Plasa se construyó a través de una concesión municipal. El concesionario levantaba el edificio con sus propios recursos en una parcela municipal y a cambio explotaba las dos plantas superiores, y un aparcamiento subterráneo.

A cambio el municipio recibía la planta baja. La mayor parte de los locales de la primera y segunda planta están abandonados desde hace 15 dos décadas. Apenas estuvieron ocupados algunos tres o cuatro años. De hecho, la entidad bancaria se quedó con su titularidad al ejecutar embargos por impago por parte de quienes los adquirieron en su día o al propio concesionario del edificio.

Sabadell a su vez los traspasó a un fondo de capital norteamericana, aunque se ha hecho responsable de intentar su venta. Una comercialización que no resulta nada fácil porque el edificio carece de todo tipo de autorizaciones municipales, desde la licencia ambiental hasta la de apertura. Además, quien realice una venta no cuenta con un propiedad ordinaria, sino con el derecho de superficie de un concesión. El equipo de gobierno ha intentado en los últimos meses dar una salida a los problemas legales y de abandono de esas dos plantas y de una tercera, en la que funcionaron varias salas de cine durante algunos años, y que se construyó pese no aparecer en el proyecto.

El alcalde José Manuel Dolón y la edil de Comercio Manuela Osuna mantuvieron una reunión con el resto de los propietarios, además de la entidad bancaria, para valorar económicamente la inversión necesaria para legalizar todos estos locales, dado que la ausencia de licencias no es solo supone un problema formal.

Los espacios comunes y locales no están adaptados a la normativa urbanística actual. Además, también se ha planteado que para lograr regularizar todo el edificio sería necesario el derribo de la tercera planta. Pese a las condiciones que presenta todo el inmueble, incluido el mercado de abastos, que junto al parking, si están abiertos al público, de momento, el área de Urbanismo no ha ultimado los informes que podrían precipitar un cierre cautelar. Tanto el actual equipo de gobierno pentapartito, como los anteriores del PP, descartaron hacerse con la propiedad de esas dos plantas.