El nuevo reglamento municipal de Orihuela autoriza que en el pleno los ciudadanos podamos intervenir y/o requerir a nuestros ediles sobre asuntos que nos interesen o estimemos convenientes. Así ocurrió en el último pleno, en el que un ciudadano pidió explicaciones sobre un pago pendiente que tenía el Ayuntamiento con su comunidad desde hace mucho tiempo. Como manda esta nueva normativa, la pregunta había sido pasada por el vecino de turno por el registro municipal con bastante antelación.

Pues bien, llegado el último pleno municipal y expuesta la pertinente reclamación de viva voz fue despachada esta con la peregrina y lacónica respuesta: «¡Ha sido un error!»

¿Ustedes se imaginan amables lectores que por otro error similar no hubiesen podido cobrar una sola mensualidad los responsables causantes del tal error?, ¿Cómo no pensó ninguno de los grandes asalariados munícipes el haberle entregado en ese mismo pleno el importe miserable de aquellos 950 euros en vez de constatar su incapacidad manifiesta ante un agravio tan miserable?. Y máxime después de saber que sí pueden firmar hasta CINCO MILLONES de euros con reparos, pero no los 950 euros de este error.

Viene a mi memoria, que una vez viajaba en el Metro de Madrid y un pasajero me pisaba el pie a causa de la aglomeración de viajeros, viendo que no dejaba de pisarme, le dije: «¡Oiga señor, que me está usted pisando!»

Su respuesta automática fue: «¡Usted perdone!, Siguió el viaje y tres estaciones de metro más allá seguía pisándome, entonces le espeté, ya un poco mosqueado: «¡Oiga, que me sigue usted pisando!»

Respondiéndome él de forma airada: «¡Pues ya le he pedido perdón!» Entonces le grité: «¡Pero bueno, es que pedir perdón le autoriza a pisarme!». La moraleja es bien clara: Te pisan y no te pagan pero, eso sí, te piden perdón... ¡Qué educados!