Decenas de hombres de Callosa de Segura han participado esta mañana en la procesión de San Vicente, una tradición que se remonta al siglo XVII y que está reservada únicamente a los varones, aunque en los últimos años se ha incluido la participación de algunas niñas caracterizadas como ángeles.

La comitiva ha partido desde la Arciprestal de San Martín hasta llegar al convento de las Hermanas Carmelitas, donde se ubicaba el desaparecido sanatorio que regentaban las religiosas desde su llegada a la ciudad en 1885.

Como viene siendo tradicional, grupos de niños han acudido al desfile vestidos de monaguillos y han participado asimismo representantes del clero y de la corporación municipal.