Diez años después de que el Ayuntamiento de Pilar de la Horadada decretara la paralización de la construcción del centro cultural conocido como «La Paloma», la Corporación municipal votará en el pleno previsto para el próximo lunes la aprobación de un nuevo proyecto que permita la continuidad de las obras. Los técnicos calculan que para concluir el edificio se precisa una nueva inversión de 4,3 millones de euros, un montante que se suma a los 4 millones que ya se invirtieron y a pesar de que el inmueble se presupuestó inicialmente en 2,4 millones de euros. De salir adelante, su coste final cuadriplicará lo inicialmente previsto.
El deseo de levantar lo que estaba destinado a convertirse en un símbolo de la arquitectura moderna para orgullo de los pilareños acabó transformándose en una obra faraónica ruinosa para un municipio de 23.000 habitantes. Se concibió como un fastuoso edificio de más de 3.400 metros cuadrados símbolo de la opulencia en años de vacas gordas. Se quiso coronar con una estructura de metal de 30 metros de altura y 150 toneladas de peso que formaba la cabeza de una extravagante paloma, de ahí su nombre. Pero esa paloma nunca pudo echar a volar porque los sobrecostes le acabaron cortando las alas. El inmueble acabó siendo saqueado durante años de olvido y en 2014 el Ayuntamiento se vio obligado a desmontar ese gigantesco amasijo de hierros porque amenazaba la estabilidad del inmueble. Unos dicen que acabó siendo vendido como chatarra. Otros no saben o simplemente no contestan.
La concejala de Cultura, Trini Escarabajal, explicó a este diario que lo que se pretende aprobar ahora es el último proyecto elaborado por los arquitectos para terminar el edificio, el cual cuenta con el visto bueno de los técnicos de infraestructuras, Secretaría e Intervención puesto que hay reservada una partida presupuestaria para ello. La edil detalló que la obra contempla la remodelación de la planta baja, que como el resto del edificio tiene forma de herradura. Así, en el ala derecha estaría el área de Juventud con sala de informática, zona de cafetería, despachos, una ludoteca y los camerinos para el auditorio, que aunque se proyectó de forma cubierta, finalmente quedará al aire libre para ahorrar costes. En el ala izquierda se habilitarán aulas de estudio, baños, salas de usos múltiples y almacén. La primera planta estará dedicada a museo, a la izquierda con exposiciones permanentes y a la derecha con itinerantes, junto a un laboratorio y un almacén. La segunda planta estará reservada a una biblioteca de adultos y otra infantil, así como aulas de estudio y despachos.
Ahora falta que la oposición, que cuenta con mayoría de votos, apruebe este proyecto para que pueda seguir el trámite y sacarse a licitación. Será la única forma de que el edificio pueda prestar servicio a unos vecinos a los que se les prometió disponer de una exultante paloma y han acabado pagando más bien el pato de este delirio de grandeza.
