El regidor tiene dos problemas aún pendientes de resolver y, aunque asegura que no ha hablado con uno de ellos, con las dos concejalas de Ciudadanos, partido que da y quita mayorías absolutas en Torrevieja, el hecho de que asegure que pretende celebrar ese pleno extraordinario cuanto antes, para poner en marcha todo el proceso que tiene que dar continuidad al servicio a partir de mediados de junio, con eso da a entender que el problema es mucho menor de lo que parece. De hecho, para salir adelante sólo necesitaría la abstención de las dos concejalas del partido naranja que, a día de hoy, no han puesto reparo alguno al modelo que el regidor pretende impulsar en una idea constate que ronda por su cabeza desde el mismo día que llegó a la Alcaldía. Ciudadanos, de hecho, no tiene más problemas en Torrevieja que de puertas adentro.
El segundo problema es el de los trabajadores y las reticencias que tiene el meter en nómina cada mes a más de doscientos empleados municipales, 230 exactamente, a lo que habrá que sumar los de la bolsa de la cual se echa mano para sustituciones, bajas y vacantes y que son necesarios principalmente en los meses de verano y en Semana Santa. En total, 300, según Dolón. Y, aunque el regidor asegura que Torrevieja se mueve ya en una cifra mínima de 200.000 vecinos al año (500.000 en los meses más calurosos), aquellos que piensen que el servicio es un chollo -porque se cobra todo el año pero las necesidades efectivas de limpieza son mínimas, al menos, seis meses al año-, se equivocan. De hecho, la asunción del servicio va a suponer un esfuerzo para los técnicos municipales que han tenido que evaluar hasta el último céntimo de lo que tendrá que suponer el contrato, con partidas que van desde el gasto en combustible hasta la ropa de los operarios.
El Ayuntamiento tiene capacidad para asumir a esos casi 300 trabajadores entre fijos y discontinuos que serían necesarios para la gestión correcta de las basuras y el alcalde se muestra más preocupado por cómo funcionará que por las trabas burocráticas y políticas que se puede encontrar de puertas a dentro del Ayuntamiento-. Durante este proceso de informes de gasto, se ha echado mano de las últimas 11 nóminas de cada trabajador para saber cuánto es el sueldo real que cobran y que pasarían a percibir como personal laboral. «No perderán un euro», afirma. En cambio, los sindicatos valoraban en 5.000 euros la pérdida de poder adquisitivo al tener que pasar del modelo que tienen de 15 pagas más otra algo inferior a las 14 del Ayuntamiento. Es decir, cobrarían más pero menos veces y eso se lo demostrará a todos ellos; además, el Ayuntamiento se subrogaría en todos sus derechos laborales. ¿Es más seguro trabajar para un municipio o para una empresa?, esa es una pregunta que los sindicatos nunca le podrán rebatir, sospecha Dolón.
