Las calles de la pedanía de Orihuela de La Murada se convirtieron ayer en un divertido circuito que se llenó de autos locos y que reunió a sus vecinos para contemplar la imaginación y las pericias al volante de sus participantes, que pusieron toda la carne en el asador. La jornada festiva continuó por la tarde con el desfile de las peñas, que congregó a numerosos festeros.