El presupuesto de Orihuela para 2016 incluirá pocas sorpresas en lo que a grandes obras se refiere, según aseguró el portavoz de Ciudadanos (C's), Juan Ignacio López-Bas, a preguntar de INFORMACIÓN sobre las negociaciones que se están llevando a cabo con el grupo popular que encabeza el alcalde, Emilio Bascuñana. Todo está prácticamente cerrado entre ambas formaciones, según confirmó también el edil de Hacienda, Rafael Almagro, a INFORMACIÓN, quien apuntó que «se han incluido las peticiones de C's, han visto el presupuesto y están conformes». A falta de presentar el borrador al resto de grupos municipales -que se quejan amargamente de haber quedado relegados a la hora de realizar propuestas- sólo queda el informe favorable del interventor, Urruticoechea, quien está de vacaciones tras una baja. Mientras que no regrese no se podrá presentar al pleno para su aprobación, y cuando lo haga, habrá que modificar «algunos puntos que se han quedado obsoletos desde diciembre», apuntó Almagro. De hecho, tras el acuerdo con C's el equipo de gobierno ha hecho varias intentonas durante las últimas semanas para que el interventor accidental se encargue del informe del mismo. Pero no ha sido posible.
Los ejes de actuación para los cuales habrá dinero son el centro cívico de La Aparecida, que se encuentra en el «esqueleto» desde hace cinco años y donde habrá que cuadrar las cuentas sobre lo gastado y lo que falta; el Palacio de Rubalcava, un inmueble patrimonial que languidece en mitad de la desidia y sobre el que ha habido durante los últimos años tantos proyectos, tantos que no se sabe qué uso se le podrá; y la mejora del alcantarillado en la costa. Una inversión que será mucho más cara de lo que se piensa, que probablemente los ciudadanos del litoral no valorarán porque no tiene visibilidad, pero que es necesaria para arreglar el descontrol que existe desde hace años por la falta de un proyecto, lo que inunda las calles y causa destrozos en el litoral cada vez que lluevc con fuerza porque las conducciones no soportan tal cantidad de agua y las bombas no son capaces de eliminar el caudal.
Además de estos tres proyectos, López-Bas aseguró que su objetivo también es darle una solución a la Plaza de Toros de Orihuela antes de concluir el año porque, aunque no hay presupuesto para un proyecto de futuro (tampoco se sabe cuál sería), la realidad es que el coso está en un lamentable estado de conservación y desde hace años amenaza con ruina. El edil ya ha puesto sobre la mesa la posibilidad de habilitar una partida para proceder al derribo, dejando los sillares y creando un espacio diáfano que pudiera ser aprovechando, algo que evidentemente no sería la solución pero que, por ahora, acabaría con un quebradero de cabeza.
