Con el suave aroma del azahar que llegaba de la huerta y los primeros rayos del sol colándose por la calle Concepción, vivió Torrevieja bien temprano su procesión del Encuentro. Mucho público esperando en las «cuatro esquinas» la llegada de «La Purísima», patrona de la ciudad, cubierta por el luto del velo negro. Esperando el encuentro con el Santo Palio con el trono de San Juan como testigo.Desde antes de las ocho ya se escuchaba por el centro el volteo de campanas, porque la tradición dice que es cosa grande cada vez que sale la Inmaculada.