Un viaje a través de sus recuerdos en el que sus vivencias familiares y su vinculación e interés por el patrimonio artístico, cultural y monumental de Orihuela fueron los grandes pilares. Así podría resumirse, muy a grandes rasgos, el discurso que el Caballero Cubierto, Tomás Sáez, realizó en su recepción en el claustro del Colegio Santo Domingo de Orihuela, la Universidad Histórica, «un claustro cuya belleza me ha empapado desde niño, sin que yo me diera cuenta», aseguró. Un espacio que forma parte del «tesoro recibido por los habitantes de Orihuela: «Nuestro patrimonio cultural y monumental, y, con él, la responsabilidad de preservarlo y enriquecerlo». Una tarea en la que «la manida argumentación de que han de ser los estamentos civiles y religiosos (sus propietarios legales) los encargados exclusivos de su cuidado, sirve para acallar las conciencias de cuantos por desidia o desconocimiento, se inhiben de colaborar en ello».

Por ello, Sáez reivindicó «una línea de actuación común, imprescindible para recuperar el esplendor de antaño» en cuanto a esa diversidad y riqueza patrimonial, artística y cultural, también representada en las tradiciones de Orihuela, porque aunque «puede parecer que mantener en el Siglo XXI tradiciones que hunden sus raíces cinco siglos atrás es algo trasnochado y ridículo (...), son las tradiciones, con sus singulares peculiaridades, las que sustentan nuestra identidad colectiva y nos diferencian como pueblo».

Durante su discurso, Sáez también aludió a su vida familiar para explicar su sentimiento de entrega hacia Orihuela, comenzando por su padre, «quien en los escasos 26 años que compartimos fue y sigue siendo mi referente y modelo a seguir. Profundamente religioso sustentó su vida en cuatro pilares que yo hago míos también: amor a Dios, entrega a la familia, interés por el arte y la cultura, y pasión por Orihuela».

Ese interés por el arte, cultura y pasión es una de las razones que le llevaron a formar parte del grupo de Cantores de la Primitiva Pasión Federico Rogel de Orihuela, quieres acompañaron a Sáez en la recepción, haciendo de nexo de unión entre varias partes del discurso del Caballero Cubierto, lo que contribuyó a amenizar un discurso que abarrotó el claustro de Santo Domingo, por lo que un buen número de asistentes tuvo que contemplar el acto de pie.

El acto contó con la presencia del obispo, Jesús Murgui, así como otras autoridades eclesiásticas y representantes de las diferentes cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Orihuela y otras asociaciones y colectivos.

Sin embargo, las primeras palabras de Sáez fueron para «recordar a los fallecidos y heridos, y a sus familias, en el brutal atentado de Bruselas, el Martes Santo», lo que demostró que «los hombres somos capaces de usar nuestra libertad para perpetrar los crímenes más atroces». Un discurso que fue aplaudido por todos los presentes.