El socialista Víctor Ruiz aseguró ayer que «se trata de una mala noticia para Orihuela, para el turismo, el comercio, la hostelería y también para los festeros», al tiempo que señaló al alcalde, Emilio Bascuñana, y a la concejala Mariola Rocamora como principales responsables de lo que calificó de «desastre sin precedentes». El socialista recordó la polémica que surgió cuando el 8 de enero la edil de Festividades anunciaba sorpresivamente el traslado de fechas a abril. «Hemos visto aplazada una fecha que era un referente en los mercados medievales, lo que supuso un grave perjuicio fundamentalmente para los hosteleros, que ya tenían hechas reservas; que se justificó por la climatología, cuando realmente quisieron ocultar que llegaban tarde a la adjudicación» y añadió: «Ahora tenemos que ver que, aun habiendo tenido tiempo más que suficiente para adjudicación, una vez más llegan tarde y sin tiempo para reaccionar».

Según Ruiz, «Mariola Rocamora acaba de meterse en un atolladero de difícil solución, porque acaba de dejar en el aire la organización del Mercado Medieval más grande de España, sin tiempo ya para una nueva licitación» y dejó caer que en la situación actual, el equipo de gobierno solo podría, caso de mantener las mismas fechas para su celebración, «contratar a dedo a una empresa para la organización del mismo o bien organizarlo directamente. En ambos casos, supondría un desembolso económico inasumible, como vimos en la época de (Mónica) Lorente, en vez de ingresar a las arcas municipales por la organización de este evento, como venía ocurriendo en el mandato anterior».

Por su parte, la concejala de Festividades aseguró ayer tarde a INFORMACIÓN sobre la situación creada que «estamos valorando todas las posibilidades»; es decir, que no existe garantías ni de celebración, aplazamiento o suspensión definitiva.