Efectivamente, ¡esto no es lo que era! o, como cantan Presuntos Implicados, ¡cómo hemos cambiado!. Lo cierto y verdad es que se ha pasado de un extremo a otro sin enterarnos, ya que para informar al contribuyente nunca hay tiempo. Y todo -a alguien hay que echársela- por culpa de la jodía crisis, que no termina de repuntar, aunque según los analistas, tanto económicos como políticos, ya se ve la luz al final del túnel. ¿Sabéis qué?; que ¡tararí que te vi!. Aquí, en este país, solo ganan billetes los bancos -sobre todo Santander y BBVA-, Inditex (Amancio Ortega), Mercadona (Roig) y Florentino Pérez, sin contar a algunos futbolistas -casi todos del mismo equipo-, que lo mejor que saben hacer es defraudar al «fisco» (Neymar, Messi, Mascherano, aunque también han pillao, entre otros, a Xabi Alonso) y los políticos. ¿Los demás?, ¡los demás estamos sujetos a una mierda de nómina y más de cuatro millones y medio de españoles al puto paro!; ¡esa es la realidad!.

Y de repente, nos encontramos con que los oriolanos -en general- hemos incrementado nuestro patrimonio. ¡Esperemos que no venga Hacienda a pedirnos explicaciones, porque a ver cómo le contamos que no hemos heredado al más puro estilo Jordi Pujol, aunque, en este caso, «el legado» nos llega en especies -en carne, que se dice- y no nos los ha dejado ni nuestro papá ni nuestro abuelito!. ¡Me cachis!.

Siempre había pensado -así me lo explicaron tanto en el cole (Salesianos-Elche y Capuchinos-Murcia), como en el instituto (Gabriel Miró-Orihuela) y, posteriormente, en la Complutense de Madrid- que montes, costas y ríos son de propiedad pública, pero ahora resulta que no es así. ¡Me gustaría conocer el Real Decreto por el que «el Ministerio del Tiempo», digo de Medio Ambiente, a través de la Confederación Hidrográfica, ha cedido el río Segura, y cuando, a los oriolanos!. El abogado Tomás López Galindo -ya fallecido y siempre recordado- decía que «las montañas separan y los ríos unen», pero de ahí a que nos endosen el cauce del «river» va un mundo; ¡digo yo!.

En los últimos meses he «estao liao» con un proyecto que, si no pasa nada, pronto verá la luz. Y estando en ese menester -que empezó como un reto personal y terminó enganchándome, por apasionante- comprobé que, tanto el Ministerio como la Confederación Hidrográfica, el Gobierno de Murcia o el mismo Franco -que una vez nos visitó para conocer los daños de una riada-, nunca renunciaron a la titularidad pública del Segura. Es más, recuerdo que, siendo jefe de Prensa -por concurso, no a dedo- en el Palacete del Marquesado de Arneva y director del Boletín de Información Municipal, el entonces alcalde, García Ortuño, fue multado con 1.000 pesetas por colocar una especie de filtro a la entrada del cauce en el municipio para evitar que las «bardomeras» llegasen al centro de la ciudad. La multa la interpuso, a instancias de la Policía Fluvial, la CHS, porque era, y es, la responsable del estado del río y de los derechos de explotación del agua. Y todo, porque la CHS no había autorizado tal actuación contraria -según dijeron- a sus intereses. ¡Válgame el Señor!.

Si el cauce del río «es"» a partir de ahora, de los oriolanos el agua también debería serlo, por lo que habrá que exigir a la CHS que los beneficios que ésta reporte -¡si es que reporta alguno!- revierta en los municipios por los que discurre. ¡Sería lo más lógico y justo!; no vaya a ser que el mantenimiento del río lo paguemos nosotros y las perras se las lleven ellos; o lo que es lo mismo, ¡ensima de puta apaleá!, como se dice en la huerta de la Vega Baja.

Siempre he defendido que las primeras actuaciones, tanto para mantener el río como los pinos de la Sierra de la Muela -que también es de titularidad pública-, tenían que haber sido municipales, lo que pasa es que visto lo visto -recuérdese el edificio de los antiguos juzgados- mucho me temo que nos hubiéramos quedado «compuestos y sin novio» esperando recuperar lo invertido en esos menesteres y sobre todo teniendo en cuenta el color de las distintas administraciones, azul (local), roja (autonómica) y ni se sabe (nacional), con lo que el «consenso» -palabra que ahora está muy de moda- queda relegado a un segundo plano, porque lo que prima es la pela y de esas, ahora, hay pocas, diga lo que diga el Banco Central Europeo. ¡Llama la atención lo de la pinada de Guardamar; allí se invertirá más de medio millón de euros para atacar al escarabajo y aquí se dejan morir los árboles!. ¿Será porque Manolo Aldeguer es guardamarenco y ocupa cargo de responsabilidad en el «staf» autonómico?. Lo dicho, los oriolanos tenemos otra obligación, cuidar el río, porque la CHS pasa de hacerlo; así es que, Miguel Angel «Cánovas» tienes que rascarte el bolsillo si quieres que en la Semana Mayor -declarada de Interés Turístico Internacional- el pueblo luzca bien y, sobre todo, no huela. ¡Esto no es lo que era!.