Tras el obligado parón del lunes por la lluvia regresaron los pasos de los cofrades torrevejenses a deshacer los caminos de la Pasión Santa. Noche fresca la de ayer. Pero los organizadores de la Junta Mayor respiraron con alivio al conocer las previsiones para la hora procesional. Se notaban ganas en el ambiente que cada jornada precede la salida de los desfiles en los alrededores de la Parroquial de la Inmaculada. Esos momentos en que bullen de capirotes grandes y pequeños los patios laterales del templo, conversan relajados los músicos de las bandas y se apresuran arriba y abajo los hermanos mayores con los últimos preparativos. Y anoche, que era una de esas pocas procesiones a las que se les puede poner con justicia la etiqueta de «tradicional» por las tallas que pasea (La Dolorosa, La Verónica, La Caída), las ganas de desfilar se notaban especialmente.

Martes Santo con imaginería «de solera», la de aquella Semana Santa entrañable para muchos torrevejenses que la vivieron en los años cincuenta. Aquella misma que desapareció por esas cosas de la historia de los pueblos que obliga a la gente a buscar otros modos de vida. Martes Santo que bajando por la calle Concepción, perpendicular al mar desde la misma puerta del templo arciprestal, recuperaba itinerario del diseño de las procesiones de los años ochenta. Y Martes Santo también de Santas Mujeres, con la Virgen Dolorosa, vestida con mimo por sus camareras de siempre, y La Santa Verónica, cofradía en la que antaño se integraban las chicas más jóvenes.

Exaltación

Y entre estos desfiles que repiten cansinos cada año su exaltación al dolor y al sufrimiento, anoche se coló ineludiblemente la realidad que nos impone el tiempo en que vivimos. Una realidad que habla del dolor que nos sigue dejando la violencia cada día en calles que son como las nuestras. Dolor con forma de crespones negros que intentaron acercar a los que anoche veían pasar la procesión en Torrevieja el sufrimiento real de los que han perdido sus vidas en Bruselas. Era el símbolo respetuoso y solidario de los cofrades torrevejenses. Nueva estampa procesional protagonizó el grupo de «armaos» que acompañan al Cristo de la Salud en lo que suponía su estreno en un desfile. Tras la desaparición de aquella otra «Centuria Romana» supone el intento de recuperar su presencia en la Semana Santa de Torrevieja. Para hoy miércoles, uno de los platos fuertes del guión pasional: el Encuentro en la Vía Dolorosa. Para no perderse, el alarde de saber procesionar de uno de los pasos que mayor devoción despierta, el de la Virgen de la Esperanza.