El proceso de rehabilitación al que estaba siendo sometido este edificio de ocho plantas, afectado por aluminosis, no ha sido suficiente para garantizar la integridad de las 15 familias que allí residen, como demuestra el derrumbamiento de parte del techo de un baño de una de las viviendas. Por tanto, tanto el técnico municipal desplazado ayer al edificio como el jefe de obra de estos trabajos de reforma del inmueble, consideraron que el desalojo de las familias se deberá extender hasta que todos los trabajos de reacondicionamiento hayan finalizado y se pueda garantizar la seguridad total de estos vecinos, lo que podría demorarse hasta «dos o tres meses» según apuntó ayer el alcalde de Callosa de Segura, Fran Maciá, a este diario.

Por tanto, el Ayuntamiento trabajará a partir del lunes en buscar un alojamiento provisional para los afectados que no puedan ser acogidos por familiares o amigos y no tengan otra vivienda en la que permanecer. Hasta entonces, Cruz Roja les dará cobijo en el albergue municipal instalado para la ocasión en el polideportivo de la localidad.

Sin embargo, el hecho de que se prolonguen en el tiempo los trabajos de restauración obliga a buscar otras alternativas de realojo a las familias. Maciá apuntó ayer que se estudiarán las distintas vías, si bien no pudo concretar aún si estas ayudas se materializarán en forma de alquileres, o en búsquedas de residencias en viviendas de propiedad municipal. Los vecinos pudieron retirar ayer sus objetos personales más necesarios, pero deben buscar ahora un alojamiento definitivo mientras se realizan todos los trabajos de mejora en la estructura del edificio.

En total, son 15 las familias que ayer tuvieron que ser evacuadas de sus casas, y el albergue de urgencia instalado por Cruz Roja acogió a buena parte de las 50 personas desalojadas, por lo que la necesidad de buscar soluciones se a convertido en la máxima prioridad.