La Conselleria de Justicia de la Comunitat Valenciana ha impuesto el cierre cautelar de un local hostelero de Almoradí que acumulaba hasta 57 procedimientos sancionadores y una multa de 43.000 euros por incumplimiento de horarios y otras irregularidades como exceso de ruidos. La medida ha sido celebrada por las comunidades de vecinos colindantes que llevan meses denunciado que esa actividad les causa numerosas molestias. El Sindic de Greugues les dio la razón y recomendó al Ayuntamiento su clausura al estimar que las sanciones impuestas no habían funcionado y se seguía perjudicando a los residentes.

Según fuentes municipales, el cierre se ha impuesto durante un periodo de seis meses en los que el propietario tendrá que regularizar la licencia de apertura del establecimiento. El citado local disponía de un permiso de «cafetería con ambiente musical» desde el año 1994. Desde que se le concedió dicha autorización, la legislación autonómica ha cambiado y, al parecer, el propietario ha venido interpretando que su licencia le facultaba a funcionar con horario de pub, algo que los técnicos municipales han desestimado, por lo que ahora será la Generalitat la que tenga que resolver esta situación.

Tal y como recogió este periódico el 21 de enero, las quejas presentadas por comunidades de vecinos de la calle Comunidad Valenciana y adyacentes se cuentan por decenas y se han venido registrando desde septiembre de 2014. Aunque el regidor, Jaime Pérez, firmó un decreto hace tres meses que obligaba a cerrar los veladores a las 12 de la noche en invierno y a la 1 de la madrugada en verano, lo cierto es que los residentes de este vial se quejaban de que esa normativa también se venía incumpliendo. Además, documentaron con numerosas fotografías y vídeos que el bar mantenía una ventana abierta para servir consumiciones directamente al exterior, lo que aumentaba el nivel de ruido, se celebraban espectáculos de música en vivo y en su fachada se habían dispuesto pantallas de televisión para retransmitir eventos deportivos.

Los vecinos han agradecido que por fin se hayan tomado medidas para atender sus reivindicaciones y la colaboración del consistorio. Ahora piden que no se permita la reapertura del establecimiento hasta que se garantice que no les volverá a causar molestias.