El paseo marítimo de Cabo Roig volverá a abrirse al público este verano tras la ejecución de las obras de reforzamiento de las piedras del acantilado, que han causado numerosos desprendimientos en los últimos años, obligando a cerrar al paso de peatones el paseo y a instalar uno paralelo, con pasarelas de madera, que ha despertado numerosas críticas vecinales.

El Ayuntamiento de Orihuela sacó recientemente a concurso estas obras, anunciadas inicialmente para finales de noviembre, pero que han tenido que retrasarse por «trámites burocráticos y de Intervención«, apuntó ayer la edil de Playas, Sofía Álvarez, a este diario.

Por tanto, aunque el plan inicial pasaba por inaugurar el paseo para la temporada de Semana Santa, se pospondrá al verano, si todo va según lo previsto. El plazo de presentación de ofertas para la adjudicación de las obras, valoradas en 281.000 euros (232.233,35 más IVA) concluyó el lunes, por lo que «en breve se adjudicará a una de las cinco empresas que se ha presentado al concurso y comenzarán a finales de mes», dijo la edil.

El plazo de ejecución de las mismas es de «90 días», por lo que llegarán a tiempo para buena parte de la temporada estival. Lo cierto es que los continuos desprendimientos se habían convertido en un peligro para los turistas y residentes que acuden a esta plata oriolana, pues se trata de una zona de gran afluencia de usuarios, incluso en invierno, pues es utilizada por los residentes para pasear o practicar deporte, actividades que se dificultan con una pasarela de madera que tampoco se libra de los desperfectos, con tablas sueltes a inestables que dificultaban estos paseos.

Como ya anunció Álvarez el pasado noviembre, los trabajos previstos consistirán en el desmonte y retirada de las piezas de material en voladizo, para evitar el posible riesgo entre los viandantes; el saneamiento de los taludes para eliminar los materiales sueltos, cárcavas y salientes, con la finalidad de obtener un talud uniforme; y la colocación de una malla de alambre con anclajes a la roca para garantizar su estabilidad, con el objetivo de prevenir posibles desprendimientos que origines una situación similar.