La centenaria Plaza de Toros de Orihuela, en ruinas desde hace años y que en 2013 se anunció por el que entonces era el concejal de Urbanismo, Antonio Zapata (PSOE), un proyecto para su derribo del que nunca más se volvió a saber, fue ayer noticia después de que una brigada del área de Infraestructuras oriolana comenzara a tapiar todas las puertas y ventanas, a petición de la Concejalía de Sanidad, atendiendo las quejas vecinales por el aumento de gatos y de indigentes que pasan allí la noche. Miembros de la Protectora Oriolana, que están constituyendo el Proyecto CES Orihuela, se movilizaron para criticar que la medida que se lleva a cabo no haya tenido en cuenta qué va a pasar con los gatos que viven en el interior y, en especial, con sus crías. De hecho, consideran que muchas se pueden morir por la falta de comida porque están encerrados y no pueden salir, lo que comprobaron con el final de obras.

A priori, el Ayuntamiento de Orihuela tapiará todos los accesos a excepción de la Puerta de Caballos, a través de la cual pretende tener un acceso fijo y seguro para recoger a todos los felinos en una fase posterior de esta actuación que se entregarían a la Protectora Asoca, quien gestiona las instalaciones municipales merced a un contrato de 118.000 euros anuales.

Docena

El colectivo que ayer denunció estos hechos aseguró que durante las últimas semanas ha recogido una docena de gatos en las inmediaciones del coso, pero que en el interior hay muchos más y recordó que tiene en marcha un proyecto ya presentado ante la Concejalía para proceder a la castración de los mismos y a darle solución a los problemas que pueden causar a los vecinos buscándoles otra ubicación en Orihuela.

Otros municipios de la Vega, caso de Guardamar y Torrevieja, ya tienen en marcha este proyecto CES (Captura, esteriliza, suelta) que se quiere traer al municipio para facilitar la convivencia. «Si se llevan los gatos aparecerán ratas. Es falso que traigan cualquier tipo de enfermedad», aseguraron desde el colectivo que recordó que las instalaciones en sí y el calamitoso estado de abandono en el que se encuentran es el foco infeccioso.