Las continuas oleadas de robos en la zona más aislada del Barrio de Casa Grande, en la pedanía oriolana de San Bartolomé, no son, por desgracia, algo nuevo. Los residentes recuerdan cómo «hace ocho años vivimos una situación similar». Entonces, lo único que les funcionó, es hacer pública su denuncia en los medios de comunicación para que la Policía y la Guardia Civil intensificaran los controles en la zona, razón por la que han acudido a INFORMACIÓN pese a que aseguran que temen las consecuencias personales que les pueda acarrear.

En aquella ocasión la estrategia funcionó. «Las patrullas estaban aquí cada día, había controles de forma permanente y la cosa se relajó y habíamos estado tranquilos hasta hace poco más de un año». Sin embargo, esos controles se fueron disolviendo y, parece que «los ladrones han vuelto a retomar la confianza y nos vuelven a asaltar contínuamente», por lo que la impotencia vuelve a imponerse en el barrio. i. j. iniesta