Setenta años después de que fuera colocada en la Plaza de España, el gobierno local de Callosa de Segura (PSOE, EU Y Somos) acordó ayer «retirar o eliminar» la Cruz de los Caídos que rinde tributo a José Antonio Primo de Rivera y a los callosinos fallecidos en el bando que ganó la Guerra Civil. La medida fue justificada por la necesidad de cumplir con la Ley de Memoria Histórica y obtuvo el rechazo de la oposición del Partido Popular (PP), que votó en contra de la propuesta y advirtió que el Ayuntamiento podría acabar enfrentándose a una batalla legal con la Iglesia, que defiende que la plaza situada frente a la Arciprestal de San Martín, en la que está ubicado el monumento, es de su propiedad «desde tiempos inmemoriales».

La polémica moción que ha dividido tanto a la corporación como a la sociedad callosina queda desde ayer pendiente de ejecutar. Incluye «eliminar o trasladar el Monumento a los Caídos y suprimir las placas conmemorativas presentes en el mismo al tratarse de un objeto de exaltación colectiva de la Guerra Civil prohibido por la legislación vigente». También «instar a los órganos competentes, por motivos obvios de incompatibilidad con los principios democráticos, el cambio de denominación del Colegio Público Primo de Rivera». La tercera de las propuestas aprobada fue la de «crear una comisión de trabajo para redactar una propuesta de cambio de nombre de las calles Carrero Blanco, Ramiro Ledesma, Arturo Estañ, García Morato y José María Peman».

Fuentes del equipo de gobierno trasladaron que su pretensión pasa por negociar con la Iglesia para que busque un nuevo emplazamiento a esa cruz de mármol blanco, que podría llevarse al cementerio municipal siempre y cuando se modificara la inscripción que mantiene en su base. Pero todo apunta a que ese proceso no será rápido, ni mucho menos fácil. De hecho, la Iglesia registró un escrito 48 horas antes de que se celebrara el pleno de ayer en el que emplazaba al consistorio a pronunciarse sobre de quién es la propiedad de esa plaza y a quién corresponde su mantenimiento, advirtiendo que se reservan su derecho a reclamar ante los tribunales competentes. Aunque ese escrito no decía nada de la Cruz de los Caídos, sirvió al PP para pedir que la moción sobre Memoria Histórica se eliminara del orden del día para evitar posibles reclamaciones judiciales. Ese documento les vino además como anillo al dedo para defender su argumento de que, a lo sumo, se le cambie la inscripción al monumento pero que en ningún caso se mueva del sitio. Pero ni la Iglesia ni la oposición del PP hizo recular al equipo de gobierno tripartito, que decidió seguir adelante y aprobar la moción.

Tensión

La sesión plenaria comenzó a las 20 horas en un clima cargado de tensión por las posturas enfrentadas entre el gobierno y la oposición. El debate mantenido en las redes sociales durante los días previos sirvió de caldo de cultivo para calentar todavía más los ánimos. Los concejales y cientos de vecinos se fueron pronunciando a favor y en contra de esta medida con multitud de comentarios. El debate fue subiendo de tono hasta el punto que EU salió a criticar al PP porque promovió comentarios en los que se insultaba a los ediles.

El salón de pleno estuvo abarrotado de público -algo inusual en Callosa- y el PP insistió en no votar la moción al no saber de quién es la propiedad de la Plaza de España, algo que fue desestimado. El grupo defiende que el monumento no incumple la Ley de Memoria Histórica y que sólo con retirar el nombre de José Antonio Primo de Rivera sería suficiente, pero el gobierno local se amparó en la citada Ley y acusó precisamente al PP de no haberla acatado durante sus años de gobierno.