Las 17 comunidades del regadío tradicional de la Vega Baja pasaron ayer de criticar la decisión del Gobierno Central de aprobar una cesión de 30 hectómetros cúbicos de la cuenca del río Segura a los regantes del trasvase, a poner paños calientes en cuestión de horas después de que la Dirección General del Agua les abriera una puerta a una solución que «no dañe al regadió tradicional», según informó en un breve comunicado anoche el Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela y en el cual no dio más explicaciones.

El acuerdo del viernes en Madrid, un día después de que fueran recibidos en la Confederación Hidrográfica del Segura, en Murcia, donde reiteraron que si ceden su agua a los regantes del trasvase Tajo-Segura -agrupados en el Sindicato Central- ellos se quedarán también sin aportes en cuestión de meses, no les convenció. Como publicó INFORMACIÓN, en la Capital de España se rechazó su propuesta y como novedad sólo supuso que el Sindicato de Regantes, en vez de pagar por esos 30 hectómetros cúbicos, debería devolverlos en agua. Con esa solución salomónica, el Ministerio zanjaba una de las cuestiones que más habían criticado los regantes de la Vega Baja, como era que no querían convertirse en vendedores de agua y que, en cualquier caso, eran más partidarios de la solidaridad pero no para que el Sindicato Central mantuviera sus explotaciones a pleno rendimiento sino para evitar las pérdidas por la sequía. En cualquier caso, salieron decepcionados de la reunión porque consideraban que a la misma llegaron con la decisión en su contra ya adoptada de antemano. Y porque, a su juicio, esta medida perjudica sus intereses al considerar que no existen reservas de agua suficientes para mantener los cultivos durante el próximo año.

Las críticas que lanzaron los agricultores ayer mismo tuvieron una rápida respuesta en el Gobierno, algo poco habitual, porque las comunidades de regantes tradicionales de la Vega Baja cambiaron de posición, pasando de criticar con dureza el resultado final de la reunión a abrir un margen para la esperanza que queda en manos de la Dirección General del Agua y, sobre todo, a la espera de que el Ministerio de Medio Ambiente adopte la resolución sobre la petición de esos 30 hectómetros cúbicos, realizada por el Sindicato Central de Regantes del Acuducto Tajo-Segura y que todos dieron por hecha a la salida de la reunión

En la citada reunión, siempre según las comunidades de regadío tradicional, desde el Ministerio «se planteó la entrega del agua y su posterior devolución. Los regantes de la cuenca indicamos que ese agua sólo se podía entregar si la devolvían en unos cinco meses», que es el plazo en el que estiman que sufrirán déficit hídrico. Pero desde el Ministerio «se aceptó el planteamiento del trasvase de devolverla con unos plazos inciertos casi imposibles de cumplir».