«Me dirijo al alcalde de Orihuela, sea quien sea...». Así comenzó en el pasado pleno uno de los ruegos el edil de Cambiemos, Karlos Bernabé. El objetivo pasaba por obtener una aclaración del acuerdo de gobernabilidad entre el PP y Ciudadanos, que ha dado a estos últimos competencias en algunas áreas municipales pero sin integrarlos en el equipo de gobierno, lo que ha descolocado a los miembros de la oposición que se volvieron a preguntar ayer «¿quién es responsable político de las decisiones adoptadas en las áreas donde también participa Ciudadanos?», apuntó Bernabé.

«¿Acaso tiene usted duda de quién es el alcalde?», respondió Bascuñana en el pleno a al líder de Cambiemos. Este no es el único que no entiende esta figura «de concejal híbrido» de Ciudadanos, como lo calificó Pepa Ferrando, «mitad gobierno y mitad oposición».

Emilio Bascuñana no supo contestar en la sesión plenaria, al no entender la pregunta, dijo, de Bernabé, por lo que el edil de Cambiemos la registró ayer por escrito, ampliando la petición de información sobre este acuerdo de gobernabilidad «que no ha sido publicado en ningún sitio» y que la formación entiende que debe ser de interés general ya que «atañe de forma directa, a la gestión de la vida municipal». De la misma forma, la formación pide saber «cómo se articula, desde el punto de vista jurídico, la entrada al gobierno sin competencias delegadas, ya que los ediles de Ciudadanos tomarán «decisiones en la gestión que firmarán otros»; es decir, los concejales del equipo de gobierno que sí tienen competencias delegadas.

Agravio

Esta situación crea, además, un agravio comparativo entre los miembros de la oposición, que no entienden «en virtud de qué criterio los ediles de Ciudadanos pueden acceder, sistemáticamente, a una información (en sus labores de gestión) que está vetada a nuestro grupo», concluyó Bernabé. Sus reivindicaciones ayer también pasaron porque una vez constituido este pacto se manifiesten su postura «en temas tan sensibles como los residuos sólidos urbanos, política urbanística, prevención de la corrupción o medidas económicas a nivel local».

Sea como sea, lo cierto es que el hecho de que miembros de la oposición posean competencias sin que estas estén reconocidas formalmente, integrándose en la gestión municipal pero sin responsabilidades de ningún tipo sobre el papel, es una situación un tanto peculiar, a los que los miembros de la oposición, y también la ciudadanía, parece que están condenados a acostumbrarse para lograr entender este nuevo panorama político.