¿Es normal el descubrimiento de peces globo en nuestras costas?

No es la primera vez que se detectan. En los últimos años se han localizado hasta dos especies de peces globo distintas, el tamboril oceánico (Lagocephalus. lagocephalus) que salió hace poco en la playa de La Mata y que ocasionalmente penetra por el estrecho de Gibraltar, y el pez globo L.sceleratus, que claramente ha migrado desde el canal de Suez. Este último, por tanto, es una especie nueva en el Mediterráneo, el primero, aunque raro en nuestro mar, se ha visto en otras ocasiones, si bien algunos investigadores apuntan a una posible mayor frecuencia en los próximos años por ejemplares procedentes del canal de Suez.

¿Son tan peligrosos como se ha dicho?

Los peces globo tienen una potente neurotoxina causante de los envenenamientos en humanos, pero cada especie la porta en diferente concentración. Se puede decir que todos son tóxicos y algunos mortales. En el caso del tamboril oceánico hay evidencias de que han provocado graves intoxicaciones. Yo jamás lo comería. Manda el principio de precaución, por eso es importante que pescadores recreativos y profesionales sepan de su cada vez mayor presencia. En los próximos años no sería extraño que llegaran más especies de peces globo, por lo que es importante comenzar a familiarizarse con sus características morfológicas.

Asistimos cada tanto al anuncio de nuevos peces en nuestras costas, ¿es una tendencia nueva?

La vida entraña cambio, y los ecosistemas no son algo fijo e inmutable a lo largo del tiempo, también cambian. En el Mediterráneo tenemos registradas idas y venidas de especies a lo largo de los milenios. Cuando subían las temperaturas, por el estrecho de Gibraltar colonizaban nuestro mar especies tropicales del Atlántico (en las barras areniscas de nuestro litoral se encuentran fósiles de Strombus bubonius, una caracola que vino de Senegal), los peces de la familia de los lábridos (todos ellos con vivos colores y algunos con potentes dientes) también tienen ancestros tropicales. Cuando el clima se hacía más frío, penetraban especies del Atlántico norte, que luego dieron lugar, por ejemplo, a las bacaladillas mediterráneas o los chanquetes. Por tanto, cíclicamente siempre han habido cambios.

Pero hoy día, de tanto en tanto, aparecen especies que no habían visto ni los pescadores más antiguos. Ahora el proceso de cambio se ha acelerado con la entrada de funcionamiento del canal de Suez en 1967 creó una vía de comunicación entre los océanos Índico y Pacífico, y el Mediterráneo, con la entrada de muchas especies. Aunque lógicamente no todas se adaptaron a las condiciones del Mediterráneo, otras tantas sí lo han colonizado totalmente y han llegado hasta nuestras costas. En el contexto actual de incremento de temperatura del Mediterráneo, en los últimos años parece que la tasa de especies que colonizan con éxito nuestro mar a través del canal de Suez ha aumentado. Además, la reciente ampliación de ese canal, que ha duplicado la vía y la ha hecho más profunda, además de que se han terminado de eliminar unos lagos muy salinos que actuaban como barrera, sin duda propiciará la entrada de muchas más especies.

¿Es posible que también se estén produciendo entradas de especies por el estrecho de Gibraltar?

Sí, y también dentro del contexto de cambio climático, elevación de las temperaturas y tropicalización del Mediterráneo. Por lo tanto, es probable que en los próximos años, especies atlánticas que muy ocasionalmente podían localizarse en nuestro mar, ahora se hagan más frecuentes. Como por ejemplo el tamboril oceánico, el pez corneta rojo, la moma o vieja y el cangrejo araña (Percnon gibbesi) presente en la costa de Torrevieja, por citar solo algunos. Además, una de las hipótesis que trata de explicar las cada vez más frecuentes puestas de nidos de tortuga boba en nuestras costas (como la que tuvo lugar en la playa de La Mata el verano pasado), también tendría como base el incremento general de las temperaturas, con una ampliación de la zona potencial de puesta de estos reptiles hacia el norte. Tampoco hay que despreciar los intercambios de fauna ligados al espectacular incremento del tráfico marino a escala mundial, como por ejemplo el caso del cangrejo azul (Callinectes sapidus) presente ya en muchos puntos, como la desembocadura del río Segura, un coral patagónico presente en nuestras costas o la famosa Caulerpa racemosa cylindracea.

¿Se verán afectados nuestros ecosistemas?

Esa es una pregunta muy difícil de responder. No todas las especies exóticas son invasoras. Las especies foráneas pueden desplazar a especies marinas nativas, reducir la biodiversidad, cambiar la estructura del hábitat y producir cambios en la red trófica que en muchos casos podrían ser negativos. Sin embargo, el fenómeno colonizador de las nuevas especies sobre los hábitats del Mediterráneo no puede generalizarse, ya que los efectos que pueden provocar son muy diversos en diferentes lugares o en diferentes momentos. Además, unas especies tienen más poder invasor que otras. La alteración que sobre las comunidades pesqueras del Mediterráneo oriental han producido la llegada de peces conejo (Siganus luridus), o el pez Upeneus moluccensi que ha desplazado a nuestro salmonete, con los que está emparentado, no tienen por qué producirse tal cual en nuestra zona, pero la incertidumbre está ahí.

¿Hay solución?

Lo que no hay son milagros. Es una tendencia, la de las especies exóticas e invasoras, que se está produciendo a nivel global y en ecosistemas tanto marinos, como terrestres o fluviales. Es imprescindible potenciar la investigación básica sobre nuestros ecosistemas y su capacidad de respuesta ante estos cambios, sean invasivos o no. Organismos y centros de investigación como el Instituto Español de Oceanografía, la Universidad de Alicante, Instituto de Ecología Litoral o el Centro de Investigación Marina de Santa Pola, deben redoblar sus esfuerzos, y recibir más apoyos. Pero no olvidemos que los pescadores profesionales y recreativos son los que verdaderamente están más en contacto con los cambios que se están produciendo en nuestras costas. Su información es valiosísima para poder hacer un seguimiento del fenómeno en los próximos años.