Primer paso para regenerar un antiguo vertedero que sigue registrando combustiones espontáneas entre las miles de toneladas de basura que se enterraron sin tratar en un entorno de más de 150.000 metros cuadrados. El propietario del terreno de la planta de vertido de residuos de Pilar de la Horadada ha presentado a la Conselleria de Medio Ambiente un proyecto para restaurar la zona y proceder a un sellado en condiciones que permita acabar con el problema de malos olores y la emisión de humos y gases tóxicos que afecta a diez residenciales.

Los trabajos de restauración del entorno comenzarán una vez que la Generalitat dé el visto bueno al proyecto presentado por la empresa propietaria de los terrenos, Montepiedra. La propuesta ya está sobre la mesa de la Conselleria de Medio Ambiente y será en pocos días cuando el director general de Calidad Ambiental, Joan Piquer, acompañado de técnicos especialistas se reunirá con los responsables de la finca para fijar cómo y cuándo se llevará a cabo este proceso de regeneración del terreno.

Quejas vecinales

El necesario proyecto se ha puesto en marcha después de que en los últimos dos años se hayan intensificado las quejas de los vecinos que habitan en torno a este vertedero, emplazado además a escasos metros de los tres grandes campos de golf de Orihuela Costa. En este espacio se encuentran lomas de hasta 20 metros de altura formadas por la acumulación de la basura que se vertió durante más de una década llegada desde muchos puntos de la Vega Baja. En aquel entonces los desechos se vertían sin ningún tipo de tratamiento ni clasificación. Ahora, se producen pequeños pero incesantes incendios en torno a las montañas de desperdicios. La presión de los habitantes, así como de algunos colectivos y partidos políticos ha conseguido que, por lo pronto, se empiece a abordar ya esta problemática.

La situación geográfica del vertedero ha entorpecido durante los últimos meses la resolución de este asunto. Fue el Ayuntamiento de Orihuela el que en 1983 concedió el permiso para la actividad, pero tres años después Pilar de la Horadada se segregó del término oriolano, configurándose así como un municipio propio. A mediados de los 90 el vertedero se cerró pero el concesionario, el empresario Ángel Fenoll, no llevó a cabo una restauración del terreno. Ahora, casi dos décadas después, el consistorio pilareño ha trasladado la problemática a la Generalitat y ésta ha requerido la ejecución de los trabajos de regeneración mientras la situación de contaminación ha sido denunciada en varias ocasiones ante el Servicio de protección de la naturaleza de la Guarda Civil.