La Asociación Cultural Comparsa Moros Beduinos hizo público ayer un comunicado en el que anuncia que ha dado orden a su abogado para que «active todas las denuncias que tenía paralizadas en los juzgados y ante las administraciones públicas», pero no porque el domingo los festeros se negaran a una ampliación del número de comparsas que les permitiría volver a la fiesta con el nombre de Muladíes sino porque así se acordó el 16 de diciembre en un acuerdo que cerraron con la Comparsa Moros Beduinos para el caso de que venciera el «no», como ocurrió. Con ello dan a entender que su decisión, lejos de ser una rabieta, forma parte del acuerdo para saldar de una vez por todas sus diferencias y demostrar que lo único que pretenden, es volver a la Reconquista pero con marca propia.

«Tanto la comparsa beduinos como la asociación cultural estaban de acuerdo de ir a los tribunales y donde correspondiese para ventilar las diferencias existentes o ejecutar sentencias o solicitar medidas cautelares», explica en una nota. En el caso de haber triunfado el «sí», todo se habría archivado, añaden. En el comunicado aseguran que también han requerido al Ayuntamiento para saber qué permisos para organizar actos ha dado a la comparsa Moros Beduinos, que preside Juan de Dios Rogel, a la sazón embajador 2016, para saber si han contado con autorización, «Si se hubieran realizado sin autorización solicitaremos que se incoen procedimientos sancionadores ante el Ayuntamiento o ante la Conselleria de Gobernación», aseguran.

Algunas de las resoluciones judiciales comprometen incluso el futuro de la Reconquista y de las embajadas de este año, entienden ellos. La votación del domingo, la segunda que se produce en los últimos meses, se llevó a cabo después de que los Muladíes (Asociación Cultural) participara con normalidad en el Medio Año, al igual que pudo montar una kábila el pasado verano, en lo que se entendía como un excelente inicio para la normalización de las relaciones después de ser expulsados hace años por la asociación festera, que dio la razón al otro candidato para presidir la comparsa, lo que dio lugar a la ruptura.