¿Hecho ya denunciado? Todo sigue igual. Más bien vamos a peor. Nos referimos al poco esmero de los responsables de la Confederación Hidrográfica del Segura -CHS- en evitar el derroche de una sola gota de agua. Sin agua no hay vida.

Hoy he vuelto a pasar por aquel camino verde?, mejor dicho carretera, que saliendo de Orihuela nos lleva a la pedanía de Arneva. De igual manera he vuelto a comprobar el abandono e inoperancia de los responsables de la CHS al no cumplir con su obligación: vigilar y resolver sin dilación todo tipo de avería en la infraestructura del trasvase Tajo-Segura. Repetimos, por si alguien no se ha enterado: Una sola gota de agua que se derrocha es delito de lesa humanidad. En evitarlo es responsabilidad de todo ser humano y en especial de los gestores de la CHS. Para eso están. Y cobrando.

Decíamos: A la susodicha carretera le acompasan unos impresionantes tubos, exactamente los que conducen el agua del Trasvase en dirección al embalse de La Pedrera. Embalse que da servicio a la seca Vega Baja y parte de Murcia. Pues bien, a pesar de la brutal carestía del líquido elemento que padecemos en esta bendita comarca y haciendo caso omiso de este padecer, los responsables del asunto o no se enteran o hacen oídos sordos en resolver el problemón. O tal vez, esos gestores tratan de emular a los aragoneses del sur (actualmente catalanes), los que prefieren tirar el agua del Ebro al mar antes de ser aprovechada por otras sedientas comarcas.

A lo que vamos: Íbamos tan tranquilos por la carretera en dirección a Arneva -era de noche- cuando sorprendentemente oímos como un bullir incesante de agua. ¿Pero cómo si no está lloviendo -raro sería, aquí no llueve nunca-? Paramos el coche y desconectamos la llave, con dos objetivos: primero evitar contaminar el medio, después detectar con mayor nitidez la procedencia de la incesante lluvia. Así centrados pudimos comprobar la procedencia del dichoso bullir. Ni más ni menos se trataba de una inagotable cantidad de agua que derramaban las juntas de dilatación de los tubos del trasvase. Nos dejó estupefactos. ¿Pero como con la carestía de agua que padecemos y no se corta de una vez este derroche? No lo entendemos. Así, en nuestra ira interna lucubramos, no tenemos suficiente desazón con el derroche del agua cántabra que discurre por Aragón hasta desembocar en Amposta, que los responsables de CHS no evitan en derrocharla, ¿alguien lo entiende?

No contento con la insoportable comprobación de la pasada noche, ya de día, vuelvo a la zona. La tristeza, desespero, se agudiza cuando observamos que no es una fuga son siete las juntas de dilatación que insistentemente derraman agua a borbotones. Increíble, pero cierto. Si tienen curiosidad les invito a verificar cuanto exponemos. Vayan vean, a la altura del Barrio Mariano Cases hasta la gasolinera de Arneva y comprobarán la de miles de litros que se derrochan cada hora, cada día. No hemos querido avanzar hacia el cruce con la carretera de Beniel pues si, como sería de esperar, continúa el derroche -sensible que es uno- nos podría dar un patatús. Sin agua no hay vida.

Mientras tanto la cloaca, antes río Segura, a su paso por el centro de la Gran Ciudad, tan nauseabundo como es habitual. A las pruebas nos remitimos. Ver portada diario Información el pasado sábado 16 enero ¡Insoportable!

Disculpen. No queremos obviar otro lamento. Aquel día a esa hora: Cuando volvíamos de Arneva, antes de entrar a la Gran Ciudad ¡Desolación! Nos referimos a la vista desde el puente que salva el trazado del AVE -de rapiña-. Visualizamos en lontananza, con tristeza, el peligroso secarral en la ladera de la Cruz de la Muela en su parte sur. Si el derroche de agua en los tubos cabe calificarlos como desidia, este, el abandono de la ladera, nos atrevemos en calificarlo como insidia. Ahora bien, esto lo arregla «la vieja del visillo», desaparecida en combate, caso extremo el «coleta», bueno siempre que el PSOE le otorgue cuanto pide.